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Consuelo Poland, fundadora de Latinas Welding Guild. Photo: Indystar.
Consuelo Poland, fundadora de Latinas Welding Guild. Photo: Indystar.

Soldadoras latinas: Una nueva generación de mujeres del acero

Cuando Consuelo Poland se inició en esta profesión dominada por hombres blancos era la excepción, ahora está decidida a que Indianápolis se convierta en la…

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“¿Por qué no hay más mujeres haciendo esto?”, se preguntó Consuelo Poland tras conseguir su certificado como soldadora. Había sido la única mujer de su promoción en Michigan y la única, además, de color, y aunque el curso no le había enseñado cómo abrirse camino en la industria, le empezaron a llover ofertas casi antes de graduarse.

"Mis habilidades de soldadura me abrieron muchas puertas", le contó la guatemalteca a la periodista Natalia Contreras de Indystar. 

En 2015, Poland, de 31 años, se mudó a Indianápolis y vio claramente que su oficio necesitaba ser mucho más inclusivo y diverso, y que debía ayudar a otras mujeres como ella a entrar en una industria en la que había muchas oportunidades para las personas meticulosas, incluso un punto artistas, y, efectivamente, duras como el acero. Pero también esperaba que este cambio le sirviera para crear una comunidad.

“Quería encontrar una manera de reunir a más latinas”, dijo la soldadora, que nació en Guatemala, pero fue adoptada por una familia estadounidense y se crió en una Michigan mayoritariamente blanca. 

Por eso fundó Latinas Welding Guild, una organización sin fines de lucro con sede en Indianápolis que emplea la soldadura para empoderar a las mujeres profesional y creativamente ofreciendo talleres en los que ella es la instructora, donde también enseña a sus alumnas a abrirse camino en este gremio eminentemente masculino -algo, asegura, que no nadie cuenta en los cursos de formación.

"A partir de mi experiencia personal al unirme a la industria de la soldadura como mujer y tratar de entrar en un mundo creativo y luego también tratar de sobrevivir en un mundo de blancos, sé que me hubiera gustado tener más apoyo", afirmó Consuelo. "Por eso es tan importante que seamos inclusivos y que tengamos mujeres de todos los orígenes, etnias, edades y niveles de educación".

Sus clases son eminentemente prácticas e incluyen la visita a tiendas de suministro y talleres de fabricación, tanto a gran escala como mucho más artísticos y artesanales, así como la creación de redes para una mayor unión entre ellas.

"Siendo nuevo en la industria no sabes qué preguntas hacer, no sabes con quién hablar, nadie te enseña esas cosas", dijo Consuelo Poland. "Si no se sienten lo suficientemente confiados para ir a comprar sus propios suministros, entonces hay una posibilidad de que no sigan soldando. Hay una posibilidad de que se rindan".

Hasta ahora Latina Welding Guild ha ayudado a más de una veintena de mujeres de Indianápolis a convertirse en soldadoras. La diversidad no sólo es la base de sus clases, sino también se palpa en las futuras profesionales, cuyas edades van de los 20 a los 60 años, y en su mayoría son madres que buscan abrir su abanico laboral. 

Aunque la soldadura sigue siendo un campo dominado por los hombre -según datos del Departamento de Trabajo, más del 90% de los soldadores de U.S. son hombres-, un estudio realizado por el Instituto de Investigación de Políticas para la Mujer reveló que cada vez más mujeres están interesándose por este tipo de formación profesional cuyo acceso es más sencillo y menos costoso que la universidad, y ofrece una vía de ingresos más segura.