Estados Unidos regresó a la escena mundialista después de más de ocho años, tras no clasificarse para la campaña de 2018 en Rusia. Se enfrentó a una dura selección de Gales, repleta de una mezcla de jóvenes y veteranos jugadores de la Premier League inglesa. 

Liderados por el capitán y máximo goleador Gareth Bale -que viene de una exitosa primera temporada en Estados Unidos con el Club de Fútbol de Los Ángeles que les hizo ganar la Copa de la MLS-, el jugador de 33 años busca liderar a su país en lo más profundo del torneo tras una exitosa Eurocopa 2020, y la primera participación de su país en un Mundial desde 1958, en el que posiblemente sea su último torneo internacional. 

Estados Unidos tiene una de las listas más jóvenes del torneo de 2022. Aunque es joven e inexperta, esta es posiblemente la selección de Estados Unidos con más talento jamás reunida para una campaña mundialista. Liderado por el Capitán América, Christian Pulisic, es un equipo con talentos de clase que actualmente juegan en las ligas de primer nivel de Europa en Weston McKennie, Sergiño Dest, Timothy Weah, y el capitán del equipo Tyler Adams, el capitán más joven de Estados Unidos en más de 50 años. 

El partido terminó 1-1 en el estadio Ahmad bin Ali de Al-Rayyan (Qatar). Fue una primera parte fulgurante para los estadounidenses, ya que fueron más duros, rápidos y creativos que los galeses. Los defensas y el centro del campo se impusieron a los galeses en los primeros y segundos balones, y sus jóvenes delanteros fueron capaces de mantener la posición y crear ocasiones de gol. 

El trabajo realizado dio sus frutos en el minuto 36, cuando Pulisic, en carrera, encontró a un Timothy Weah -hijo del ex Balón de Oro y actual Presidente de Liberia, George Weah- en carrera, que batió al defensa galés Neco Williams. El actual jugador del Lille remató con el exterior del pie y superó al guardameta Wayne Hennessey. 

Este sería su único disparo a puerta del partido, de un total de tres tiros. 

La segunda parte resultó ser más dura, ya que Gales salió con energía y fue mucho más inteligente con el balón e igualó el nivel de juego en comparación con la primera parte. Los estadounidenses se volvieron más temerarios con sus entradas y acumularon algunas tarjetas amarillas en el proceso. Gales también fue capaz de frenar la ofensiva estadounidense y conseguir algunos disparos propios. 

Aunque Estados Unidos dominó la posesión del balón durante todo el partido, cuando Gales lo tenía, conseguía hacer más cosas con él. Gales realizó un total de siete disparos, tres de ellos a puerta. Y lo que es más importante, fue capaz de presionar a los estadounidenses. 

A lo largo de la segunda parte, la sensación era que Gales tenía la oportunidad de empatar el partido gracias a un hombre: Gareth Bale. 

El defensa estadounidense Walker Zimmerman le dio la oportunidad tras cometer una innecesaria y a la postre costosa entrada sobre Bale dentro del área cuando éste se encontraba de espaldas al portero estadounidense. 

El árbitro qatarí Abdulrahman Al-Jassim no dudó en señalar el punto de penalti. Bale se aferró al balón, ya que nadie más que él iba a realizar la proeza para su país. 

Bale, en plena forma, envió un potente disparo al lado derecho de la red. A pesar de que el portero estadounidense, Matt Turner, se interpuso, el disparo de Bale fue demasiado fuerte para evitarlo e igualó el partido (1-1). 

Estados Unidos será muy duro, ya que tendrá que conformarse con el único punto, pero Gales está muy contenta de haberse salvado de la derrota en su primer partido de la Copa Mundial en medio siglo. 

No todas las esperanzas están perdidas para ninguno de los dos equipos, pero Estados Unidos se enfrentará este viernes 25 de noviembre a sus rivales del otro lado del charco, en Inglaterra. Inglaterra venció hoy mismo a Irán por 6-2. 

La selección de Gales de Bale tratará de sumar los tres puntos contra Irán el viernes para, posiblemente, ocupar el segundo puesto por detrás de los ingleses.