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Ai Weiwei (c), artista internacional y activista de derechos humanos chino, presenta en Washington Square Park en Nueva York (EE.UU.), su exposición "Las buenas cercas hacen buenos vecinos", hoy, miércoles 11 de octubre de 2017. EFE/ALBA VIGARAY
Ai Weiwei (c), artista internacional y activista de derechos humanos chino, presenta en Washington Square Park en Nueva York (EE.UU.), su exposición "Las buenas cercas hacen buenos vecinos", hoy, miércoles 11 de octubre de 2017. EFE/ALBA VIGARAY

El chino Ai Weiwei inunda Nueva York con su crítica a la crisis de refugiados

El objetivo de la muestra es denunciar cómo han tratado los distintos gobiernos la actual crisis migratoria y subrayar el incremento global de nacionalismos y…

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El artista y activista chino Ai Weiwei presentó el miércoles en Nueva York su último proyecto con el que lanza una dura crítica a la respuesta a la crisis internacional de refugiados con la exposición de más de 300 estructuras, fotografías y carteles por los cinco distritos de la ciudad.

En la muestra, llamada "Good Fences Make Good Neighbours" (Las Buenas Verjas Hacen Buenos Vecinos), Ai ha querido trasladar grandes jaulas a algunos de los lugares más icónicos de la Gran Manzana, como el Central Park, el Washington Square de Manhattan o el Flushing Meadows Corona Park de Queens.

El objetivo de la exhibición, que permanecerá en las calles de Nueva York hasta el próximo 11 de febrero, es el de denunciar cómo han tratado los distintos gobiernos la actual crisis migratoria y subrayar el incremento global de nacionalismos y fronteras, así como la división que puede llegar a crea en la sociedad una verja.

Ai asistió el miércoles a la inauguración de la muestra en el Washington Square, donde se ha colocado en medio del gran arco de piedra que preside la plaza una imponente jaula de metal de más de 10 metros de altura, atravesada a su vez por la silueta de dos personas caminando unidas.

"El Arco de Washington Square representa la democracia y la libertad. (...) La obra de Weiwei nos enseña que esa libertad es algo que no podemos dar por sentado y que una puerta siempre puede ser obstruida", explicó durante el evento Nicholas Baume, el director y curador jefe del Public Art Fund, que organiza la muestra.

"Pero también ha cortado un camino en medio de esa jaula con la figura de dos personas unidas, y ese mensaje da mucha fuerza", agregó.

El artista, que sólo se dirigió a las cientos de personas congregadas para el evento para agradecerles su asistencia, también quiere recalcar con su obra la lucha a la que se enfrentan los refugiados.

Por ello, además de las ocho grandes jaulas distribuidas en distintos lugares de Nueva York, la exposición, descrita como "uno de los proyectos de arte público más ambiciosos que se han montado jamás en Nueva York", cuenta con 200 retratos de refugiados colocados en farolas.

Asimismo, otras 100 imágenes captadas durante el rodaje de su documental "Human Flow", para el que viajaron a 23 países y 40 campos de refugiados, han sido dispuestas en paradas de autobuses y quioscos de prensa.

También presenció la inauguración de la muestra la actriz estadounidense Olivia Wilde, que criticó con contundencia las políticas de EEUU con respecto a la crisis de refugiados, las cuales aseguró "no coinciden con los valores del pueblo estadounidense".

"Nuestro presidente no entiende la crisis de refugiados como una crisis humanitaria, pero su respuesta injusta e irresponsable no refleja como cada uno de nosotros elige responder", afirmó Wilde, que el año pasado visitó un campo de desplazados sirios en Jordania.

"Si no podemos confiar en nuestro gobierno para representar nuestros valores, nos dirigimos entonces hacia nuestros artistas. Me siento muy agradecida por la valentía sin fin de Ai Weiwei y su humanidad", zanjó.

El artista chino, que durante su carrera profesional también ha destacado por su defensa de los derechos humanos, siente especial empatía por los desplazados por las experiencias vividas durante su infancia.

Ai creció en la época de represión de la Revolución Cultural de China, en la que su familia se vio obligada a exiliarse en la provincia de Xinjiang por las actividades de su padre, un poeta que el Gobierno había declarado un enemigo del estado.

"Ai Weiwei es único en su combinación de sus roles como un artista contemporáneo prominente, un disidente político y un activista de derechos humanos", afirmó Baume.

Para el curador, este proyecto "es la culminación de su trabajo hasta este momento. Viene de su experiencia personal con la diferenciación, su práctica particular como artista y arquitecto y su investigación intensiva sobre la crisis internacional de refugiados y el ascenso global del nacionalismo", agregó.