Una visita al Museo de América de la capital española le permitirá descubrir la valiosa colección de objetos precolombinos formada por 122 objetos, entre cuentas de collar, cascos, pasadores de collar, coronas, alfileres, recipientes, cascabeles, poporos, colgantes, instrumentos musicales, narigueras y orejeras. Todas ellas pertenecen a la llamada “colección Quimbaya”, una de las más apreciadas por los buscadores de oro del siglo pasado, y también por el gobierno colombiano, que lleva años exigiendo a España que le devuelva esta valiosa colección de arte precolombino. 

La razón de que esta colección esté en Madrid es porque fue un regalo que le hizo el presidente colombiano Carlos Holguín Mallarino a la reina española María Cristina en 1893 a modo de agradecimiento por el papel que jugó la corona española a la hora de decidir las fronteras entre Colombia y Venezuela.

Muchas de estas piezas se salvaron de la fundición española durante la conquista del territorio colombiano, en el siglo XVI, cuando miles de ellas fueron convertidas en lingotes de oro exportados a Sevilla, tal y como informa un reportaje publicado en La Vanguardia.

En el año 2017 el Tribunal Constitucional colombiano dictó el fallo a favor de la devolución de la colección quimbaya al estado colombiano. Por su parte, la Academia de Historia del Departamento del Quindío, en Armenia (región donde se hallaron las piezas en el siglo XIX) solicitó su repatriación en una carta dirigida al presidente español Pedro Sánchez. 

En respuesta, el gobierno español ha dictaminado que la colección está considerada un bien de interés cultural en España, por lo que se impide su enajenación o exportación. 

La colección Quimbaya fue motivo de conversación en el reciente encuentro en Bogotá entre Sánchez y el nuevo presidente de Colombia Gustavo Petro, aunque de momento no hay expectativas de una futura devolución. 

Tierra de tesoros tristes

Para los lectores interesados en este tema, en su nuevo libro, "La Tierra de los Tesoros Tristes" (Aguilar, 2022), el escritor colombiano Simón Posada se inspira en el trágico papel del oro y la coca en la historia de Colombia. 

El libro está protagonizado por Coriolano Amador, uno de los hombres más ricos y excéntricos de Colombia en el siglo XIX, que adquirió un objeto de oro que todos los colombianos han visto alguna vez, pero del que pocos conocen su historia y su significado.

Ese objeto lleno de leyendas es el llamado Poporo Quimbaya, en el que converge esta historia de oro y coca, de riqueza y maldiciones.

Esa pieza incomprendida esconde un relato que comienza incluso antes del Descubrimiento de América, cuando la coca no era cocaína, sino una planta sagrada, y cuando el oro no era una moneda de cambio ni una forma de acumular riqueza.

Por la maldición del oro y la coca pasan los hombres que vaciaron con totumas y explosivos las lagunas de Siecha y Guatavita por el espejismo del mito de El Dorado; los españoles que entendieron que sin la coca los indios no podrían llenar las arcas de oro del imperio; los guaqueros y cazadores de tesoros que perseguían luces fantasmales en las montañas para hallar las tumbas; los falsificadores de cerámicas indígenas que estafaron a los grandes museos del mundo; los millonarios colombianos del siglo XIX, coleccionistas de rarezas, que trajeron los primeros automóviles al país, que se salvaron de morir en el Titanic y que hacían fiestas con fuentes llenas de champaña en los días en que llegar a Europa era una travesía de semanas en mula y barco.