“No sabía que ser una víctima era sinónimo de que no te creyeran”, escribía Chanel Miller en “Know my name”, el libro sobre su caso que se publicó el pasado septiembre y donde firma por primera vez con  su nombre real. 

Un reclamo de identidad; un grito que, como  decía el poeta, no tenía boca hasta ahora. Aunque amparada bajo el seudónimo de “Emily Doe” impactase a la sociedad norteamericana con el valiente testimonio de cómo fue agredida sexualmente en 2015 por Brock Turner, entonces estudiante de Stanford. 

“No me conoces, pero has estado dentro de mí, y esta es la razón por la que estamos aquí”, empezaba su declaración  la entonces Emily Doe.

Tras haber ayudado a otras voces silenciosas a denunciar públicamente los abusos recibidos y después de descubrir su verdadera identidad - “me siento mejor porque no tengo nada que esconder. Todo fue tan suprimido por tanto tiempo que realmente inhibí mi capacidad para pedir ayuda”, declara a TIME-, Miller se ha convertido en una de las 100 personalidades del mañana, según la prestigiosa revista, que le ha dedicado su portada. 

Y mucho más que eso…

Los hechos son por todos conocidos y no distan demasiado de otras historias de abusos reportadas en los campus universitarios:

En 2015 Chanel Miller fue encontrada ebria y medio desnuda, víctima de amnesia y abusos sexuales que solo fue recordando cuando la noticia llegó a los medios. Llevó el caso a los tribunales y dio un poderoso testimonio como Emily Doe, su seudonimo,  que se hizo viral: 

“No me conoces, pero has estado dentro de mí, y esta es la razón por la que estamos aquí”, empezaba su declaración.

No obstante, el asaltante, Brock Turner, solo pasó tres meses entre rejas. 

Dos placas conmemorativas en el lugar donde sucedió el abuso recuerdan las palabras de Miller: 

“Me quitaste el valor, mi privacidad, mi energía, mi tiempo, mi seguridad, mi intimidad, mi confianza, mi propia voz —hasta hora”.

El pasado jueves, durante el evento de 2019 Time 100 Next que compartió con otras víctimas de abuso sexual como la medallista olímpica Aly Raisman, Miller se mostró orgullosa de que las estudiantes de Stanford “no dejen que la historia desaparezca en el abismo”.

La mujer, cuyo futuro tampoco caerá en un abismo -está trabajando en una serie de novelas gráficas para jóvenes y libros infantiles, y tiene en perspectiva otros proyectos “más creativos y salvajes”-, tuvo un momento para recordar a las personas que han sufrido una experiencia similar y han tenido el coraje de denunciar.