En la casa de los sueños: Carmen Maria Machado cuenta el maltrato que sufrió de su novia
La escritora de Filadelfia de origen cubano habla sin tapujos sobre las relaciones queer
Carmen Maria Machado (Allentown, Pensilvania, 1986) es una de las nuevas figuras de la escena literaria estadounidense. De padre cubano y madre de origen austríaco, Machado creció en un ambiente muy religioso (en su familia eran metodistas), lo que la llevó a sentirse culpable por su sexualidad durante varios años. Eso acabó convirtiéndose en el tema principal de sus libros, y lo que la ha dado a conocer como autora.
Su carrera empezó en el famoso taller de escritura de Iowa, después pasó a publicar cuentos y ensayos en revistas prestigiosas como Granta y The New Yorker, hasta que en 2017 se consolidó como autora de referencia al publicar el libro de relatos Su cuerpo y otras fiestas, finalista del National Book Award 2017.
En 2019 publicó En la casa de los sueños (la versión española salió publicada en 2021 con el sello Anagrama), una memoria autobiográfica que cuenta una relación profundamente tóxica que la autora mantuvo durante su primera juventud. Para sorpresa del lector, no se trataba de un abuso machista, sino del maltrato por parte de otra mujer, su novia de entonces, una chica menuda, rubia, de clase alta, licenciada en Harvard, sofisticada y fascinante. Carmen se fue a vivir con ella a una idílica cabaña en Bloomington, Virginia, y allí empezarían los abusos, como indica el nombre de la novela. Con el paso del tiempo, la novia de Machado comenzó a mostrarse celosa, controladora y paranoica. La acusaba de engañarla y la acabó agrediendo verbal y físicamente.
Machado se reivindica a sí misma como queer y quiere demostrar con sus libros que el maltrato y la manipulación no se reduce a una cuestión de género.
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En una entrevista reciente con BBC, Machado explicaba que escribir sobre la relación más traumática de su juventud no fue nada catártico ni sandador, sino muy doloroso y difícil.
“Es relevante que se escriba sobre villanos queer, porque con ello "les damos espacio para ser humanos, como personajes y como personas".
A pesar de sus raíces cubanas, su español nunca ha sido lo suficientemente bueno como para leerlo. "Nunca usamos el español en casa, ya que mi madre no lo habla", explicó en una entrevista con AL DÍA hace años. "Pero cuando era adolescente, una profesora me dio una pila de libros para leer fuera del colegio de su biblioteca personal, y entre ellos había un ejemplar de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez. Esa novela me abrió la mente. Tenía 15 años; nunca había leído un libro así. Después devoré las demás novelas de García Márquez, y más tarde pasé a Pedro Páramo, de Juan Rulfo, a Borges y a muchos otros".
Machado también piensa que el tipo de ficción que escribe -metaficción, fantasía liminal, realismo mágico, todo ello escrito con un estilo lírico y literario- tiene sus raíces en esos escritores; "y me gustaría pensar que mi lenguaje también ha sido influenciado por su prosa. Sólo me gustaría poder leerlos en español; estoy seguro de que profundizaría en mis lecturas diez veces más".
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