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Photo: MVM Noticias.
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Aleida Ruíz, la joven mexicana en guerra contra el matrimonio infantil

Con tan solo 15 años, Ruíz es bailarina, escritora y activista con un objetivo muy claro: luchar por los derechos de las mujeres.

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Es un momento extraño para ser adolescente. O, mejor dicho, para ser casi cualquier cosa. Confinados física y mentalmente durante la pandemia, las luchas libradas a estas edades buscan reafirmar la propia identidad a la vez que cuestionan el mundo de los adultos impuesto hasta ese momento. Buscándose siempre en los pares y sobre todo en Internet. 

Mientras la mayoría de los jóvenes repiten -y esto es algo bastante compartido por profesores- que “el mundo se acaba, profe”, “que estamos encerrados”, una joven mexicana de Oaxaca, Aleida Ruíz, tiene otra forma de ver estos tiempos difíciles. Y actuar sobre ellos para el bien propio y el común. 

Ruíz, de 15 años, fue nominada el pasado 2020 al Premio Internacional de la Paz para los Niños, un galardón que también había ganado la famosa activista climática Greta Thunberg. Aunque la lucha de esta joven tiene otro objetivo hermanado al de la sueca. 

El matrimonio infantil en Oaxaca, México, está penado desde 2013 pero aún sigue representando casi el 40% de las uniones matrimoniales en el estado.

El pasado 22 de febrero, Ruíz encabezó la campaña “Que las niñas sean niñas, no esposas”, con la que se busca erradicar esta práctica y tratar de proteger a las niñas indígenas cuyas familias siguen consistiendo estos matrimonios a muy corta edad. 

Este no es un problema aislado. Oaxaca es el tercer estado con más matrimonios infantiles después de Chiapas y Guerrero, y aún cuenta con la connivencia de muchos jueces. Por eso en la capital del país, a mediados de este mes de febrero se reformó el Código Civil para que los magistrados que autoricen casorios entre menores de 18 años puedan ser sancionados o cesados.

A la iniciativa de Ruíz, bailarina y embajadora por la Paz, se le sumaron tanto empresas como políticos y medios de comunicación que trabajan para que las jóvenes del estado reciban educación sexual y conozcan sus derechos. Pero, ¿cómo?

El ballet, un puente

Hacer comprender a familias que llevan casando a sus hijos menores durante generaciones que sus tradiciones atentan contra los derechos humanos es difícil.

Por ello, Aleida planteó hacerlo a través del arte. Es decir, la danza. Llevando a las escuelas de comunidades indígenas clases de ballet, una puesta en escena y una conferencia para explicar la importancia de erradicar estos matrimonios forzados. Aunque, de momento, sus planes se encuentran pospuestos por la COVID-19.

Esta no es la única iniciativa impulsada por la activista de 15 años. 

Aleida Ruíz Sosa también está recaudando fondos para comprar más copas menstruales para las presas oaxaqueñas, ha impartido cursos de danzas en prisiones de mujeres y ha escrito una colección de cuentos para educar contra la violencia machista y los estereotipos sexistas.

Por y para las mujeres

El próximo lunes 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer y la bailarina anunció que ofrecería un espectáculo virtual para recaudar fondos para comprar 150 copas menstruales y donarlas a la prisión de Tanivet, donde cientos de mujeres encarceladas tienen un acceso muy limitado a los productos de higiene íntima.

Pero, además, Aleida quiere seguir trabajando por la igualdad en un futuro y declaró al diario Milenio que le gustaría convertirse en embajadora internacional y asumir tal vez un puesto en Naciones Unidas o en alguna organización de derechos humanos. 

"Me considero feminista en la medida en que creo firmemente en la igualdad y en el derecho de los hombres y las mujeres a tener las mismas oportunidades", dijo Ruiz, y añadió que “el género femenino está en clara desventaja y tenemos que trabajar para alcanzar un equilibrio”.