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Jessica Elena Aquino was the commencement speaker at PAFA's graduation ceremony on May 10. 
Jessica Elena Aquino fue la encargada del discurso para la clase de MFA para los estudiantes en la ceremonia de graduación de PAFA el 10 de mayo. Foto: Emily Neil / AL DÍA News

Arte en la encrucijada: Una jóven artista encuentra su voz en PAFA

Jessica Elena Aquino está creando instalaciones artísticas influidas por su herencia mexicana y una visión innovadora.

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Jessica Elena Aquino florece en las encrucijadas, en medio de lo que parece incomprensible, y enredado, como las fibras que utiliza en algunas de sus obras que ya están expuestas en la muestra de fin de año de la Pennsylvania Academy of the Fine Arts (PAFA, según sus siglas en inglés). También como los tejidos del pasado de su propia familia que incorpora en sus piezas.

Aquino cambia del español al inglés con facilidad, hasta a la mitad de la oración, hilando la tela que refleja una vasta tradición cultural, desde su estado natal de California hasta su hogar por elección, Filadelfia.

La artista empezó sus estudios de posgrado como pintora, tras haber estudiado arte en la Colgate University y continuar su práctica mientras trabajaba como jardinera, agricultora y educadora con Americorps al norte del estado de Nueva York. Ahora, sin embargo, su obra se ha “enraizado en el tejido”.

Aquino explica que uno de sus referentes artísticos es Gloria Anzaldúa, una escritora chicana que escribió sobre la identidad chicana y su lugar como “una persona ni de aquí ni de allá”.

“Eso resonó en mí especialmente porque ir de California a la costa este, ir de varias ubicaciones… causó un impacto, me hizo pensar más fuera de mi propio ser, cómo navego por el mundo, cómo me afectan los sistemas y cómo los afecto yo”, reflexiona la artista.

Mientras leía la obra de Anzaldúa para su tesis de graduación, Aquino se topó con la palabra “nepantla”, que en nahuatl significa “encrucijadas, o una persona que está en medio”.

“Lo describe como una persona que está en un cruce de caminos… uno está en medio de algo y así me sentía, esa era mi identidad. Uno siempre está en medio de algo, siempre en movimiento, nunca estático, nada que es estable, siempre es cambiante, siempre sumando”, asegura Aquino.

“Y se corta, se enmienda, se vuelve a tejer y eso es rendir tributo al lugar de donde vengo y a mis comunidades. Y por eso elegí la fibra. Elegí materiales lineales porque la linealidad uno la cortar y manipular”, continúa.

Algo más allá fuera

El padre de Aquino nació en Guerrero, (México), y se crió en Puebla, de donde es originaria su madre.

Aquino nació en el sur de California, es la más jóven de cuatro hermanos, y, hasta ahora, la única que se ha marchado del estado. Afirma que dejó su casa para explorar porque “sentía que había algo más allá fuera”.

Aunque la realidad es que los intereses en los que se ha sumergido —la agricultura, jardinería, tejido— son, en cierto sentido, una forma de volver a sus racíes y recuperar las tradiciones de su familia.

“Vengo de una familia de agricultores… son tejedores, y casi desde que llegamos acá, cuando llegaron mis padres, se vieron despojados de eso”, explica Aquino.

“Siento que de eso trata un poco la obra. De rendir tributo a eso, pero también de incluir cómo uso los materiales, los símbolos, los colores —que, sin duda, siento que reflejan mis orígenes pero también las afirmaciones que siento que hace—”, cuenta Aquino, señalando que le gusta trabajar a gran escala porque “tiene que hacer presencia, tiene que estar allí, presente”.

Aunque las instalaciones son grandes, el grado de detalles es exquisito. Para ella, “la acumulación de muchas cosas” desempeña un rol en la elaboración meticulosa de sus instalaciones.

El recorrido a un intermedio

Aquino también concibe su arte como un tipo de puente a un espacio intermedio, entre las tradiciones artísticas antiguas y las contemporáneas.

La pieza de Aquino que está en exhibición, uno de los “puntos álgidos” de  su carrera en PAFA, se inspira en la diosa azteca Coatlicue, la diosa madre representada por las serpientes. Coatlicue da a luz al dios colibrí, quien asesina inmediatamente a sus hermanos, quienes tramaban asesinar a su madre.

Es una historia antigua que en la pieza de Aquino se vincula con acontecimientos actuales resguardados en el encaje rojo que representa a Coatlicue como una pequeña jaula de pájaros, llena de colibríes, que hace referencia a las separaciones familiares, y a los hijos que han sido colocados en jaulas en la frontera.

“Hay un tipo de historia incorporada como las puntadas, los colores, hay símbolos y un lenguaje no escrito de historia incorporado”, confiesa Aquino, al tiempo que reconoce que con frecuencia existe una falta de exploración e investigación de la manifestación artística.

Aquino también señala que algunas interacciones que orientan su obra incluyen la docencia y el estar “inmersa” en la comunidad, que exploró este último año a través de su trabajo como voluntaria con niños en la Lillian Marrero Library del noreste de Filadelfia.

“Me gusta trabajar en varios lugares, haciendo agricultura, fuera de la escuela, creando una práctica social que también es importante para la obra”,  explica Aquino.

Después de graduarse, realizará una pasantía de verano en el Philadelphia Museum of Art, donde trabajará en el Departamento de educación, realizando un trabajo similar a sus actividades en la Lillian Marrero Library.

Aún está a la espera de noticias de algunas residencia que la ayudarán a “realmente [realizar] la obra”.

“Esa es la meta, simplemente estar allí, estar inmersa y ver hacia dónde se dirige, quién sabe”.

En la ceremonia de su graduación de PAFA el 10 de mayo, Aquino se convirtió en la primera de su familia en obtener un título de posgrado. También fue la primera ceremonia de graduación en la que su madre pudo conectar directamente con las palabras pronunciadas en la ceremonia, pues Aquino, la encargada del discurso para los estudiantes, se aseguró de dirigirse a su familia en español, para que, por primera vez, se sintieran incluidos.

“Mi madre, específicamente, ha estado presente en mis graduaciones pero nunca ha podido entender lo que se dice allí”, dijo Aquino. “Pero en este caso… el micrófono estuvo en mis manos”.