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El Movimiento San Isidro fue creado para defender los derechos de los artistas en la isla. Photo: Comercio Perú
El Movimiento San Isidro fue creado para defender los derechos de los artistas en la isla. Photo: Comercio Perú

La incontinencia verbal de Díaz-Canel amenaza con tirar por tierra el diálogo con los artistas cubanos

“Un reality show imperialista”, así calificó el mandatario las protestas del pasado fin de semana en la televisión cubana.

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Tan sólo un día han durado las ilusiones de cientos de manifestantes congregados frente a las puertas del Ministerio de Cultura en La Habana, que creyeron atisbar el comienzo de una época de mayor libertad artística e intelectual en Cuba después de que el viceministro Rojas se reuniera con una treintena de miembros del Movimiento San Isidro para prometerles un puente al “diálogo”.

Según informaba NBC, el gobierno cubanon podría haber dinamitado ese puente al lanzar el mismo domingo un arsenal de ataques televisivos dirigidos a los manifestantes, calificando las protestas de “farsa” y “reality show imperialista” orquestado por Estados Unidos. 

Durante una manifestación de adeptos al régimen, el presidente declaró que había una “guerra estratégica no convencional para destruir la revolución”, empleando el lenguaje belicista que ha traído más de un quebradero de cabeza a los cubanos que ansiaban un cambio apenas prometido. 

Si bien aún hay prevista una reunión entre los artistas y el ministro de Cultura para mañana jueves, la artista y activista Tania Bruguera, que asistió a la reunión con los políticos del sábado, ha declarado que el ministerio de Cultura ha dejado de ser un interlocutor, ya que “ha violado los acuerdos pactados en la reunión”. Bruguera también pidió a Díaz-Canel que dirigiera las conversaciones, algo que a tenor del discurso del presidente parece ser arriesgado. 

“En este momento de crisis, se necesita un interlocutor con verdadero poder de decisión”, dijo la activista

Mientras tanto, y según apunta NBC, artistas como el dramaturgo Yunior García, todavía se mantienen esperanzados sobre el final de estas conversaciones. "El diálogo es lo más sensato para evitar que ocurra algo peor”, concluyó, rechazando de pleno la violencia. 

Disturbios y contradicciones

Tras semanas de disturbios en las calles y detenciones de artistas y activistas, como el rapero Denís Solís, condenado a ocho meses de cárcel por desacato, el desalojo de un grupo de miembros del Movimiento San Isidro el pasado viernes dio lugar a una sorprendente manifestación que reunió a artistas, reconocidos intelectuales y ciudadanos de a pie hartos de represión frente al Ministerio de Cultura cubano.

En giro poco corriente de los acontecimientos, Fernando Rojas anunció que iba a pactar con los disidentes y los emplazó a una reunión el día siguiente de la que ambas partes salieron con lo que parecían acuerdos prometedores para examinar de cerca las condenas de varios artistas, algunos en un estado de salud muy deteriorado, y también con el compromiso de que el hostigamiento y las detenciones iban a parar. 

Pero al parecer, el régimen cubano está internamente dividido, o bien siguen los vicios dialécticos de apuntar con el dedo a un enemigo que en este caso sólo se empeña en expresarse con libertad. Esperar que sea mera palabrería y las reuniones prosigan es la esperanza de una mayoría, pero nada bueno dice sobre el final del hostigamiento policial que los representantes del país sigan quemando y arrugando la palabra públicamente. 

Especialmente cuando Cuba está pasando por un durísimo período de escasez de productos, atravesado por la pandemia y las sanciones de Trump, que se han hecho sentir con fuerza en la vida de los cubanos. Sin embargo, el presidente no sólo se limitó a descalificar a los manifestantes, sino que tildó al Movimiento San Isidro de “mercenarios” y “trumpistas” vinculados a Estados Unidos y, por tanto, a las sanciones. “Tenían en su agenda que antes de que termine el año, las revoluciones de Cuba, Nicaragua y Venezuela tienen que caer”, dijo. 

El secretario de Estado Asistente de los Estados Unidos Michael Kozak, por su parte, escribió el lunes que “los gobiernos legítimos no temen el diálogo con su propio pueblo. El régimen cubano teme cumplir los acuerdos que hizo la semana pasada con artistas y figuras de la cultura cubana, ya que eso reconocería su derecho a expresarse". 

Así como el asesor de seguridad nacional de Biden, Jack Sullivan, quien utilizó Twitter para declarar que “apoyamos al pueblo cubano en su lucha por la libertad y nos hacemos eco de los llamamientos al gobierno cubano para que libere a los manifestantes pacíficos. Al pueblo cubano se le debe permitir ejercer el derecho universal a la libertad de expresión".