ENFERMEDADES SEGÚN PROFESION: HOY PROFESORES
La docencia es una profesión noble, pero también una de las más exigentes en términos de salud. A continuación las enfermedades con su causa.
"La salud de los maestros: la otra lección que debemos aprender"
Los profesores no solo enfrentan el reto de educar, sino que también deben lidiar con los riesgos para su salud que conlleva su profesión. Una de las afecciones más comunes son los problemas vocales, como la disfonía, debido al uso excesivo de la voz en clase. Además, el estrés y la ansiedad se incrementan por la sobrecarga de trabajo, la presión administrativa y la gestión de grandes grupos de estudiantes. A esto se suman los trastornos musculoesqueléticos, provocados por largas horas de pie y malas posturas al corregir tareas o preparar lecciones.
Un aspecto a menudo pasado por alto es el impacto que estar de pie durante muchas horas seguidas tiene sobre la circulación sanguínea. Los profesores, al estar constantemente de pie en el aula, pueden sufrir de mala circulación en las piernas, lo que aumenta el riesgo de desarrollar varices y otros problemas vasculares como la insuficiencia venosa crónica. Esto ocurre cuando la sangre tiene dificultades para volver al corazón, lo que provoca inflamación, dolor y fatiga en las piernas. Esta condición se agrava con el paso del tiempo si no se toman medidas preventivas, como usar calzado adecuado o hacer pausas para sentarse o caminar.
El trabajo con pantallas también provoca fatiga visual, mientras que el contacto cercano con estudiantes aumenta el riesgo de contagio de enfermedades infecciosas. Los profesores, al igual que otros profesionales con demandas intensas, como los médicos o policías, sufren de un desgaste físico y emocional que requiere más atención.
Para cuidar a los docentes, es fundamental que las instituciones educativas implementen programas de apoyo emocional, asesoramiento ergonómico, y promuevan pausas activas y estrategias de cuidado de la voz. Asimismo, deberían proporcionar información sobre cómo mejorar la circulación sanguínea, como realizar ejercicios regulares, utilizar medias de compresión o alternar entre estar de pie y sentado. Solo así podremos asegurar que quienes enseñan también puedan disfrutar de una buena salud.
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