
¿Un Chicle Podría Ayudar a Prevenir una Gripa?
Investigadores de la Universidad de Pensilvania desarrollaron un chicle con propiedades antivirales. Esta goma de mascar puede reducir, en más de un 95%.
Masticar para proteger: el chicle antiviral que podría prevenir gripes y virus comunes
¿Y si prevenir una gripe estuviera tan cerca como un simple chicle? Científicos de la Universidad de Pensilvania han desarrollado una goma de mascar innovadora que podría revolucionar la prevención de enfermedades respiratorias comunes. Este chicle experimental, cargado con proteínas antivirales, ha demostrado en ensayos de laboratorio que puede reducir hasta en un 95% la carga viral de patógenos como el virus de la gripe y el herpes simple.
La investigación, publicada recientemente en revistas científicas revisadas por pares, parte de una idea sencilla pero poderosa: si muchas infecciones virales comienzan en la boca o la garganta, ¿por qué no atacarlas desde ahí mismo? Los investigadores encapsularon proteínas antivirales en un polímero comestible similar a una goma de mascar convencional. Al masticar el chicle, estas proteínas se liberan lentamente en la saliva, donde pueden neutralizar virus antes de que se propaguen al resto del cuerpo.
Aunque el estudio aún está en fase experimental, los resultados son prometedores. Las pruebas in vitro revelaron que el chicle puede atrapar partículas virales activas, impidiendo que infecten células humanas. En el caso del virus de la influenza, la reducción de la carga viral fue de más del 90%, y en el caso del herpes, los efectos fueron igualmente notables.
Pero más allá de lo innovador del enfoque, lo que entusiasma a los expertos es la posibilidad de contar con una herramienta accesible, económica y fácil de distribuir en entornos de alto riesgo, como hospitales, escuelas o transporte público. A diferencia de los antivirales tradicionales, que suelen requerir recetas médicas y un diagnóstico previo, este chicle podría actuar como una barrera preventiva diaria.
Además, los investigadores destacan que este producto no sustituiría a las vacunas, pero sí podría complementarlas, especialmente durante temporadas de alta circulación viral o en contextos donde la inmunización no es posible.
La visión a futuro es clara: si los próximos ensayos clínicos en humanos confirman su eficacia y seguridad, podríamos estar ante una nueva forma de higiene preventiva, tan simple como llevar un chicle en el bolsillo.
La idea de protegerse contra la gripe mientras se refresca el aliento nunca había sido tan literal.
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