
PELIGROSO sedante de Animales Utilizado en Drogas Ilícitas en EEUU
Se ha encontrado un peligroso sedante veterinario llamado xilazina en el suministro de medicamentos en la frontera entre Estados Unidos y México.
Xilazina: El sedante de animales que agrava la crisis de drogas en EE.UU.

Lo que comenzó como un compuesto de uso veterinario para sedar caballos y ganado, hoy se ha convertido en una amenaza silenciosa para la salud pública en Estados Unidos. La xilazina, un potente sedante no aprobado para consumo humano, ha sido detectada en el suministro ilícito de drogas, principalmente en estados fronterizos con México, generando alarma entre autoridades, expertos y comunidades.
La Administración de Control de Drogas (DEA) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han confirmado que esta sustancia, conocida en la calle como "tranq", está siendo mezclada con opioides, especialmente con fentanilo, potenciando sus efectos depresores y aumentando las probabilidades de sobredosis fatales. A diferencia de otros sedantes, la xilazina no responde a los antídotos habituales como la naloxona, lo que dificulta las maniobras de reversión en casos de intoxicación.
Aunque este sedante es de uso rutinario en veterinaria para tranquilizar animales grandes, su impacto en humanos es devastador. Provoca una sedación profunda, alteración respiratoria, hipotensión y en casos extremos, puede desencadenar necrosis tisular en quienes lo consumen de manera repetida, generando las llamadas "llagas de tranq", heridas abiertas difíciles de tratar. Al mezclarse con opioides, el riesgo no solo es de sobredosis, sino de cuadros clínicos complejos y difíciles de manejar incluso en salas de emergencia.
En ciudades fronterizas como El Paso, San Diego y Tucson, se han documentado decenas de casos en los últimos meses. Sin embargo, la situación parece extenderse más allá de la frontera, afectando también a grandes urbes como Filadelfia, donde las autoridades ya catalogan la xilazina como un ingrediente habitual en las mezclas de heroína y fentanilo.
Lo que más preocupa a los expertos es la invisibilidad del problema. Al tratarse de una droga no regulada para humanos, no siempre es detectada en los análisis toxicológicos convencionales. Además, su bajo costo y la facilidad para conseguirla en el mercado veterinario ilegal la convierten en un aditivo atractivo para traficantes que buscan potenciar los efectos de las drogas sin considerar las consecuencias para la vida de los consumidores.
El panorama es crítico. Mientras las autoridades buscan actualizar protocolos, realizar campañas de prevención y restringir el acceso a la xilazina, las comunidades afectadas enfrentan una nueva dimensión de la crisis de opioides: una donde la lucha contra las sobredosis es cada vez más difícil y letal.
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