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Xenofobia en el ‘clickbait’

Nos hemos acostumbrado a los titulares hiperbólicos de los sitios web que contienen opiniones conservadores como Breitbart: “El alcalde de Atlanta coloca el tapete de bienvenida para los ilegales, ¿Qué hará (Michelle) Nunn?” o “El gobernador de Maine, Paul LePage: Obama obliga a los estados a darles prioridad a los ilegales sobre los ciudadanos.”

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Nos hemos acostumbrado a los titulares hiperbólicos de los sitios web que contienen opiniones conservadores como Breitbart: “El alcalde de Atlanta coloca el tapete de bienvenida para los ilegales, ¿Qué hará (Michelle) Nunn?” o “El gobernador de Maine, Paul LePage: Obama obliga a los estados a darles prioridad a los ilegales sobre los ciudadanos.”

Y cuando vemos titulares como el de The Blaze: “Posibilidad de epidemia pública”: La oleada de inmigrantes ilegales deja a los funcionarios ´sin idea alguna` sobre cuáles enfermedades llegan del otro lado”, nos recordamos a nosotros mismos que, después de todo, es el periodicucho de Glenn Beck que los publica y no un centro noticioso que realmente respetamos.

Lo denominamos como xenofobia en los ganchos de enlaces (clickbait): un medio cínico para aumentar las visitas al sitio web que se aprovecha de los peores temores y prejuicios del círculo potencial de lectores.  

Entonces, qué tal este titular: “Bienvenidos delincuentes del extranjero”

¿Hipérbola de Breithart? ¿Sensacionalismo de The Blaze?

No. Se trata solamente de la columna de Stu Bykofsky, publicada el 18 de julio en el Philadelphia Daily News (y en Philly.com). Y con las palabras puestas en otro orden (“Delincuentes del extranjero, ¡bienvenidos!”) su artículo del 2 de mayo que trata sobre el mismo tema –el decreto ejecutivo del alcalde Michael Nutter que le exige al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los EE.UU. (ICE por sus siglas en inglés) que presente una orden judicial para realizar la “detención” para la deportación de cualquier persona que el organismo sospecha podría ser indocumentado (Antes del decreto ejecutivo de Nutter, el ICE podía tener a una persona de quien se sospechaba era indocumentada detenida por la policía de manera indefinida, hasta que pudieran establecerse si él o ella realmente era indocumentado(a) o sencillamente parecía serlo o parecía probable que lo fuera, según lo que considerara el oficial específico del ICE.)

Más allá del titular de Bykofsky/Daily News, estas son algunas de las frases clave en los artículos:

• “simpatizantes de los inmigrantes ilegales”

• “facilitadores de los delincuentes del exterior”

• “pandilleros y otros que constituyen una amenaza a la comunidad”

• “tenemos ‘inmigrantes’ (denominación utilizada por los defensores que abusan del idioma, renunciando a la palabra que antecede: ‘ilegal’).” 

¿Un poco xenofóbico? 

Y, sólo para saber exactamente a cuales inmigrantes se refiere Bykofsky, está esta descripción para dar el pegón como si fuera español  (del artículo publicado el 2 de mayo): “Our illegalistas”. 

¿Un poco anti-Latino?

Lo que es aún peor ¿qué tal esto para cubrir las apuestas periodísticamente, mientras alimenta los temores públicos? (el énfasis es nuestro): “La política municipal de hacerse de la vista gorda podría haber posibilitado la violación de una doctora ocurrida en su apartamento en Spruce Street, en el mes de junio.”

Pocas veces escribimos editoriales que comentan sobre las preferencias u obras editoriales de otras organizaciones mediáticas. De hecho, en los últimos años, solo hemos escrito un editorial tal respondiendo a la mal planteada y preocupante artículo de portada de Philadelphia Magazine titulada “Being White in Philly” (Ser blanco en Filadelfia), a principios de 2013.   

Pero no confunda nuestra camaradería periodística con una actitud laissez-faire cuando se trata la penalización, por parte de los medios de comunicación,  de nuestra propia comunidad –documentados y indocumentados— a base de tres ejemplos. No esperen que no señalemos los artículos entrelazados con estereotipos y figuras retóricas manejadas con malicia. No dejamos que las sedes nacionales se escapen desapercibidamente con este tipo de artículo, y no permitiremos que eso suceda aquí, en la ciudad del amor fraternal en la cual hacemos cobertura junto al “Daily News”. 

Para ser sinceros, nos agrada y respetamos al Daily News. Hemos colaborado con su equipo editorial en dos secciones especiales sobre la Copa Mundial, y hemos invitado tanto al editor de ese diario, Michael Days, al igual que a una de sus columnistas, Helen Ubiñas, a participar en nuestra serie de foros sobre los medios de comunicación en la ciudad.

Lo que es más, hasta nos agrada Bykofsky, a quien nuestra reportera Ana Gamboa entrevistó en agosto de 2013 para un artículo que escribió sobre el venerable “Pen and Pencil Club” de Filadelfia. Bykofsky es malhumorado y gruñón (como nosotros) pero está sinceramente apasionado tanto por la ocupación periodística como por nuestra ciudad (de nuevo, como nosotros). 

Sin embargo, no nos agrada ni respetamos la decisión tomada por el Daily News y Philly.com al elegir publicar estos artículos alarmistas (con sus titulares incendiarios no en una –por Dios—sino dos ocasiones). Tampoco nos agrada ni respetamos la forma en que Bykofsky elige separarse intencionalmente del estilo de la Prensa Asociada, al que de lo contrario se adhiere, al llamar a los inmigrantes indocumentados “ilegales” y “españolizando” el término ofensivo. 

Nuestra ciudad global creciente merece –y exige— medios de comunicación que puedan lidiar respetuosamente con los desafíos que presenta su nueva diversidad, así como con la innegable promesa que posee dicha diversidad. Merece más que xenofobia en ‘clickbait’. Merece al Daily News, Philly.com y Stu Bykofsky en su mejor, y no en su peor, expresión.