Un guión equivocado en inmigración
El hecho de que uno sea conocido no garantiza que uno esté bien informado. Un ejemplo: Eva Longoria, actriz mexicano-americana, comentarista social y demócrata…
El hecho de que uno sea conocido no garantiza que uno esté bien informado.
Un ejemplo: Eva Longoria, actriz mexicano-americana, comentarista social y demócrata leal, que en una ocasión se burló del senador Marco Rubio, de Florida, por tener ideas “tontas”.
Lo que hace que Longoria parezca tonta es su creencia de que a otros estadounidenses les importa lo que ella piensa sobre la crisis de los niños refugiados de América Central, que cruzan la frontera mexicano-americana, entrando en Texas, su tierra natal.
La actriz fue galardonada recientemente por su activismo por el Consejo Nacional de la Raza (NCLR, por sus siglas en inglés), el mayor grupo latino de incidencia de la nación.
“Eva utiliza su plataforma para abogar por asuntos que conciernen a nuestra comunidad”, expresó la presidenta del NCLR, Janet Murguía, al presentar el premio en la conferencia anual de la entidad. “[Longoria] asume riesgos y muestra valor al hacerse oír y apoyar a los latinos de todo el país.”
Es inquietante escuchar a la directora del NCLR hablar sobre asumir riesgos y mostrar valor. La organización está tan ocupada engullendo cheques de corporaciones, que no reconocería el “activismo” real ni aunque sus líderes se tropezaran con él.
Hace unos años, el NCLR se convirtió en compinche del mundo de las corporaciones cuando canceló un boicot al turismo en Arizona, cuya intención era protestar contra la racista ley de inmigración de ese estado. Pero no era el boicot del NCLR, por lo que dicha organización no tenía el derecho de cancelarlo. NCLR también ha estado ausente del debate de la inmigración, sin participar en protestas de los “soñadores”—ya fuera en la frontera o en los pasillos del Congreso. Uno de los motivos podría ser que Cecilia Muñoz, directora del Consejo de Política Interna de la Casa Blanca y maestra latina en interpretar los hechos favorablemente para la Casa Blanca, fue vicepresidenta de la organización.
Murguía llamó al presidente Obama “deportador en jefe”, por expulsar a más de 2 millones de personas. Pero Obama sofocó esa rebelión cuando convocó una reunión de activistas de la inmigración, se aseguró de invitar a Murguía y después, según fuentes que estaban en la sala, la regañó frente al grupo entero.
Longoria ha disfrutado de una relación más amistosa con la Casa Blanca. Fue invitada a una cena de estado en honor del presidente mexicano Felipe Calderón, en mayo de 2010; se unió a otros latinos, en la mansión ejecutiva, para discutir el tema de la inmigración con el presidente, en abril de 2011, y fue nombrada co-presidenta de la campaña de reelección Obama-Biden, en febrero de 2012. Mientras Obama competía por un segundo período, muchos latinos comenzaron a pensar que el presidente no los apoyaba y el trabajo de Longoria fue convencerlos de lo contrario.
Al aceptar el premio de NCLR, mientras Longoria reflexionaba sobre su propia niñez en el Sur de Texas, se refirió a hechos actuales.
“Y no puedo dejar de pensar y reflexionar sobre la situación que está teniendo lugar ahora en la frontera, todo lo que está ocurriendo en nuestra frontera —57.000 niños que no tuvieron la suerte de nacer en Estados Unidos,” dijo Longoria a la multitud.
Al día siguiente, un tweet del Huffington Post decía: “Eva Longoria hace un llamado a los Estados Unidos para proteger a niños refugiados.” Debería haber dicho: “Eva Longoria hace un llamado a los Estados Unidos para proteger a niños refugiados del presidente que ella ayudó a re-elegir.”
El gobierno de Obama es el que ha sometido a muchos de los niños refugiados a condiciones de hacinamiento, el que les ha denegado alimentos, medicinas y condiciones sanitarias adecuadas, y ha prohibido que los medios y los legisladores entraran en las instalaciones. Y es Obama el que, a pesar de sus recientes comentarios a grupos latinos, cuya intención fue persuadirlos de que ha dado marcha atrás en su política de deportaciones, está tratando de deportar a niños a todo gas. Jueces de inmigración recientemente regañaron al gobierno por programar audiencias de asilo, a las que no se esperaba que los niños pudieran asistir--requiriendo de ellos, por ejemplo, que se presentaran en otro estado en pocos días.
Los individuos dedicados a la asistencia humanitaria de estos niños en Texas han comprendido que Obama no es su amigo. Longoria aún no lo ha hecho. Habla de generalidades.
“Los estadounidenses de todos los orígenes están decepcionados por la manera en que se ha manejado este asunto,” dijo a NCLR. “Y creo que ha llegado el momento de que los líderes de ambos partidos dejen de lado las rencillas partidistas y sus estrechos objetivos políticos, y resuelvan la reforma migratoria. La forma en que se la ha manejado es increíble, inaceptable y poco americana”.
Inverosímil. ¿No comprende esta mujer, que se auto-describe como “adicta a las noticias políticas”, que el culpable en esta situación es el mismo individuo que ella ayudó a colocar en su cargo--aunque, para 2012, sus defectos, fallos y mentiras eran obvios para la mayoría?
Longoria necesita pasar menos tiempo leyendo guiones y más tiempo leyendo diarios.
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