Argentina: Un Campeón Ilegítimo | OP-ED
La reciente victoria de la selección argentina de fútbol tiene un problema: ganar mal empobrece la legitimidad de la victoria.
“Lo importante no es llegar primero, sino saber llegar”, dice una popular canción mexicana, compuesta por ese poeta popular llamado José Alfredo Jimenez.
La selección argentina de fútbol, su capitán, Lionel Messi, y su entrenador, Lionel Scaloni, además de 44 millones de argentinos, tenían tanta presión por ganar la Copa América 2021 que hicieron todo lo posible en su poder, incluso lo indebido, para conseguir lo que algunos consideran un logro ilegítimo.
Tomen, por ejemplo, el momento en que el portero de la selección argentina, Dibu Martínez, avasalló a un jugador colombiano, el Sr. Jerry Mina, cuando este último estaba a punto de golpear el balón durante la ronda de penalties que definieron el resultado del partido y, finalmente, el ganador del torneo, ya que era claro que Brasil sería derrotado en su propia casa, a pesar de su superestrella Neymar y otras nombres famosos en el equipo.
Martínez logró solito para su equipo el derecho a jugar la final y asegurar el primer puesto para Argentina, pero a costa de 50,3 millones de colombianos, la mayoría pegados a sus pantallas de televisión viendo el partido (yo, el menor de todos..,.).
Los 11 jugadores vestidos de amarillo representaron en ese instante todas las aspiraciones, frustraciones y soberbia de toda una nación (atrévase a preguntarle a un colombiano qué significa eso ...)
Los 11 jugadores vestidos de amarillo representaron en ese instante todas las aspiraciones, frustraciones y soberbia de toda una nación (atrévase a preguntarle a un colombiano qué significa eso ...)
Lo que podría haber sido otro capítulo de otra "Historia Universal de la Infamia," una de las grandes obras del gran escritor argentino Jorge Luis Borges, se quedó en un video en el que Martínez fue grabado en un claro audio pronunciando unas palabras y unos gestos que la FIFA nunca debería permitir en un campo de juego.
El organismo rector del fútbol mundial también debería prohibir que se pronuncien cuando hay niños que nos observan, escuchan y aprenden de nosotros, los adultos.
Se escucha al guardameta, de clara ascendencia europea y raza blanca, decirle a los jugadores colombianos, dos de ellos de ascendencia africana, los señores Mina (#13) y Cardona (#10) palabras que rápidamente se pueden juzgar como humillantes y racistas, pero lo más cierto, mezquinas, tan mezquinas que le darían a un criminal de Bogotá o Buenos Aires un escalofrío en las calles oscuras de cualquiera de esas dos ciudades de calles llenas de demonios y sonidos soeces.
La FIFA no debería permitir NUNCA MÁS que algo así se repita en el campo de juego.
La FIFA no debería permitir NUNCA MÁS que algo así se repita en el campo de juego.
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El árbitro podría haber hecho honor a su autoridad, esa sí legitima, impidiendo que el portero argentino hablase tan mal a los jugadores colombianoa. El video es claro en ese sentido.
Los dos jugadores colombianos de ascendencia africana, Mina y Cardona, descendientes de pueblos traidos encadenados a América, debieron escuchar, a través de las duras palabras del portero argentino, ecos del pasado, que trajeron de vuelta los horrores que sufrieron sus antepasados a manos de personas que pudieron haber sido los ancestros del jugador argentino, quizas propietarios de esclavos en los siglos XVII, XVIII, XIX.
El objetivo era ofuscar y perturbar, con técnicas verbales torbas, a los jugadores morochos colombianos.
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El jugador argentino perversamente lo logró, poniendo nerviosos a los jugadores colombianos y tapándoles el penalti que le dio la victoria final a Argentina en la dura semifinal con Colombia.
Messi lo llamó “un fenómeno”, y toda la Argentina lo llamó “un héroe” a quien para todo el resto del mundo no era más que un tramposo más
Messi lo llamó “un fenómeno”, y toda la Nación Argentina lo llamó “un héroe” a quien para todo el resto del mundo no era más que un tramposo más.
El siglo 21 no necesita de esto, especialmente para ganar un pasajero torneo deportivo.
Mientras miraba el partido, reconozco que me ofendieron los insultos hirientes del señor Martinez, pero aún fue peor verlo hurgar en la herida al regodearse de su hazaña en la televisión internacional.
Deshonró la plétora de talentos de su equipo, trajo malos recuerdos del pasado, de como cuando los argentinos eran llamados “animales” por los ingleses, o cuando los mismos ingleses salieron a demostrar — y obligaron a un jugador tan famoso como Diego Maradona a admitir que su segundo y definitivo gol en ese famoso Mundial de México, “La mano de Dios” fue lo que hizo que se se colara en la portería, de forma ilegal, su no menos infame gol, que le dio la victoria (ilegal) sobre el equipo de Inglaterra.
¿El fin justifica los medios?.¿O lo moral también es relativa?
¿El fin justifica los medios?, es la pregunta de caracter ético muy obligatoria aquí, seamos argentinos o colombianos o norteamericanos. ¿O acaso la moral también es relativa?
América del Norte, mucho más parca, acusó de "trampa" la victoria del jugador y equipo sudamericano que de esa manera ilegitima se alzó con la pesada Copa América— ilegitimamente o no, ya no importa solo 5 días después del juego en referencia.
El señor Martinez hizo algo peor: no solo puso a todo su equipo, sino que sin saberlo, y de paso, terminó arrojándonos a todos en la misma bolsa de "tramposos sudamericanos" que no saben cómo ganar cumpliendo con las reglas escritas, o no escritas, de la decencia humana, muy por fuera de los estándares ya conocidos de la FIFA.
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