Trump y su gente: tal para cual
Al mejor estilo del Flautista de Hamelín, la pandemia del Coronavirus está demostrando el riesgo de creer a pie juntillas lo que dice el Presidente.
Primero las buenas noticias. Sí, leyó bien, lo crea o no, hay una buena noticia.
Irónicamente, gracias al coronavirus, Miami, conocida por sus salvajes cocaine cowboys, sus estafadores de Medicaid y, hace años, sus bombas en agencias de viajes a Cuba, acaba de cumplir siete semanas seguidas sin un homicidio por primera vez desde 1957. Según el jefe de la policía, los crímenes violentos han disminuido en la ciudad desde el comienzo de la pandemia.
Como la colega periodista, Liz Llorente, comentara en Facebook :"Los delincuentes no quieren contraer el virus, qué interesante".
Ahora, las noticias no tan buenas o mejor, las noticias increíblemente estúpidas.
Fernando Ravsberg, un periodista uruguayo radicado en Cuba lo expresó de esta manera: “Estados Unidos: más de 100 intoxicados con desinfectante por seguir el consejo de Trump. El líder y sus seguidores se merecen el uno al otro. "
Sí, aunque sea difícil de creer, un gran número de personas en Nueva York y Maryland (las que conocemos hasta ahora) han contactado a las autoridades de salud de la ciudad para ingerir cloro o limpiadores domésticos después de la increíblemente estúpida sugerencia de Trump de que inyectar tales productos curaría el coronavirus.
Maryland informó temprano el sábado que había recibido 100 llamadas a su línea directa de coronavirus preguntando si los desinfectantes podrían tratar COVID-19.
El New York Daily News informó que el Centro de Control de Envenenamiento gestionó en Nueva York "un total de 30 casos de posible exposición al desinfectante entre las 9 p.m. del 23 de abril a las 3 p.m. el 24 de abril ".
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Según el Daily News, el portavoz del Centro de Control de Envenenamiento dijo que los casos reportados entre el jueves y el viernes se referían específicamente a la exposición a Lysol, diez de esos casos se referían a un blanqueador, mientras que 11 preguntaban acerca de productos de limpieza domésticos.
Estos seguidores de Trump tuvieron suerte, ninguno murió. Pero esto, por supuesto, es solo un reporte temprano sobre Nueva York. Pero ¿qué pasó más tarde en Maryland y otros lugares del país?
Si algo ha quedado claro desde que Trump ocupa la Casa Blanca es que los estúpidos son legión y obviamente están dispuestos a beber Kool Aid, Clorox o Lysol, o lo que sea, si su jefe se lo pide.
Sin duda, Ravsberg tiene razón: el líder y sus seguidores se merecen mutuamente.
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