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Sincérese, Señor Romney

No hacerlo le va a costar más que lo que Ud. cree... (Lea versión en inglés / Read English Version: Square Away, Mr. Romney) La intensa carrera republicana…

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No hacerlo le va a costar más que lo que Ud. cree...

(Lea versión en inglés / Read English Version: Square Away, Mr. Romney)

La intensa carrera republicana hacia la Casa Blanca, que tenía más de siete u ocho carriles hace apenas unas cuantas semanas, se remonta esta semana a quizá solo uno, bajo las recientes y extremas inconsistencias del supuesto favorito, el exgobernador de Massachusetts, Mitt Romney. 

Parece difícil de entender, tomando en cuenta que su religión probablemente le enseñó desde niño que decir mentiras, o algo que suena a mentira, es un grave pecado. ¿Estaba Newt Gingrich entonces en lo cierto cuando recientemente y en televisión nacional llamó a Romney, su principal contrincante, un mentiroso?

Espero que no sea el caso, porque este hombre, con el poder de su capital, y de su poderosa organización nacional, podría resultar ser el peso pesado que aun cayendo "a la lona" sería capaz de lanzar un golpe mortal para noquear no solo a su último contrincante republicano –quizá Santorum–, sino también al distraído presidente Obama, quien aun está dudoso sobre qué hacer con el "Reto del Voto Latino".

Como bien sabe cualquier persona que sigue la campaña, esta semana Romney no solo reiteró su firme oposición al sueño de miles de jóvenes mexicanos, y de otras raíces latinas, que buscan una educación universitaria en Estados Unidos, pero que no tienen los documentos migratorios validos para hacerlo legalmente. La iniciativa, que lleva el nombre del "DREAM-Act", está estancada desde hace más de una década en el Congreso y fue derrotada recientemente en este órgano legislativo, bajo la mirada pasiva del gobierno de Obama.

Romney también fue protagonista de las noticias nacionales cuando recientemente se reveló que es hijo legítimo de padre "mexicano", de un hombre nacido y criado en México porque sus padres, los abuelos de Romney, emigraron al estado de Chihuahua, en el norte de México, para escapar de las estrictas leyes contra la poligamia aprobadas en EE.UU. en el siglo XIX.

¿Fue a caso su abuelo, quien se vio forzado a emigrar a México, tratado con semejante rudeza al sur de la frontera? ¿O a caso le impidieron a él obtener sus papeles y a sus hijos tener acceso a la educación superior?

¿Acaso el perseguido se convirtió en el perseguidor? 

¿Acaso el hijo de padre mexicano ahora juzga y se opone a otros jóvenes mexicanos, que bien podrían ser sus parientes lejanos?

¿A caso puede un "mexicano" como Romney, quien de acuerdo a las leyes mexicanas tiene derecho a la ciudadanía mexicana, ocupar la Casa Blanca?

¿O es esta una fantasía en el actual drama republicano, una especie de pesadilla de una noche invernal?

Por favor, explíquese señor Romney.

O como diríamos en español de los Estados Unidos, "Sincérese", señor Romney, ¿Sí?

Si no, particularmente entre los votantes latinos que lo están observando de cerca, usted está haciendo que Pensilvania quizá sea el Estado de donde muy probablemente provendrá el próximo candidato del partido republicano a la presidencia de Estados Unidos. Nada mal para Pensilvania, pero sí para quienes se oponen a las igualmente rigurosas persuasiones ideológicas del católico Rick Santorum. 

Tal vez esta sea una lección para el mismísimo presidente Barack Obama, quien necesita mejores consejos de su circulo más cercano que lo asiste en asuntos latinos, ahora que 20 millones de votantes latinos potenciales, llenos de energía y ganas de involucrarse, podrían hacer histórica esta campaña presidencial 2012.