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Sí te toca

A la pregunta: ¿Te gusta tratar con la gente?  El 87 por ciento de los nuevos profesionistas respondió que no. Para ellos, una sonrisa sincera, estrechar la…

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A la pregunta: ¿Te gusta tratar con la gente?  El 87 por ciento de los nuevos profesionistas respondió que no. Para ellos, una sonrisa sincera, estrechar la mano con cordialidad, y estar atento a satisfacer las necesidades del cliente era una tarea más abrumadora que efectuar un complicado proyecto de ventas por internet.

Los catedráticos destacan la dificultad que experimentan los egresados de las profesiones que requieren trato directo con el público: no conocen el término "servicio". Más bien sí lo conocen pero no saben cómo practicarlo. Lo relacionan con servicio doméstico, o servicio de intendencia, pero no con la actitud clave para el éxito profesional.

Mientras la tecnología avanza a pasos agigantados, el humanismo se rezaga. Grandes proyectos fracasan porque las personas carecen de sentido de ayuda, de cooperación. "A mí eso no me toca", aunque se vaya de pique el proyecto o la empresa. Dadas las circunstancias de la vida moderna es relativamente poco lo que se puede lograr individualmente. El trabajo de uno depende del trabajo de otros: es imperiosa la necesidad de desarrollar la capacidad de trabajar en equipo.

¿Qué hacer para sacar a los chicos de ese ensimismamiento que los conduce a estados extremos de soledad, melancolía y fracaso? El egoísmo produce semillas de muerte: oprime, incuba agresividad y dominación. Siendo el servicio mutuo la base de toda relación satisfactoria entre humanos, sólo cuando el joven logra salir de su prisión interna y se vuelca en atención a los demás empieza a escalar la cumbre de la satisfacción y el éxito profesional. 

Hoy más que nunca existe la urgente necesidad de instituciones que desarrollen a los jóvenes en lo técnico como en lo humano,  porque ¿de qué le sirve a un joven aprobar todos los exámenes si después fracasa en el ejercicio de su profesión?  Cuando la persona no desarrolla su calidad humana se vuelve mezquina e intransigente y, aunque posea un intelecto superdotado, no podrá trabajar en una tarea de conjunto, ni podrá sacar adelante un proyecto que requiera y exija la solidaridad humana. 

Las computadoras cumplen con la función de guardar, procesar y transmitir un vasto depósito de información. Al maestro no debe interesar instruir sólo sobre cómo buscar datos en la computadora, cómo resumir la información obtenida a través de las redes, o lo que deban memorizar sus alumnos para pasar exámenes,  sino a entrenarlos a desarrollar actitudes que les permitan triunfar en la vida. 

Las universidades tienen como misión concientizar a los alumnos de la realidad social del país, involucrándolos en proyectos y programas que generen desarrollo social, económico y educativo, especialmente en las comunidades más desprotegidas. Las actividades extracurriculares de los alumnos deberán estar orientadas al servicio de la sociedad con conciencia humanitaria y actitud creativa, aplicando el conocimiento al mejoramiento de su entorno.

¿Cómo lograr que los jóvenes acepten que la capacidad de servicio la llevan tatuada en su código genético?  Ghandi decía que el servicio sin humildad es egoísmo. Einstein aseguró que hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la fuerza de voluntad.  Montenegro señaló: "Se es noble quien ayuda y es solidario. Se es responsable quien promete y cumple. Se es digno quien respeta y valora. Se es honesto quien no se miente a sí mismo."  Muchas veces basta una palabra, una mirada, un gesto para llenar el corazón de quien escucha. Sin embargo, los grandes espíritus con frecuencia han encontrado una violenta oposición de parte de mentes mezquinas. 

Rabindranath Tagore, poeta y educador hindú, decía que la poesía es el eco de la melodía del universo en el corazón de los humanos. Famoso en el mundo entero por su poesía, dedicó la segunda mitad de su vida a la educación para mejorar las condiciones de vida de los jóvenes de Calcuta:  "Dormía…, dormía y soñaba que la vida no era más que alegría. Desperté y vi que la vida no era más que servir… y el servir era alegría."