LIVE STREAMING

Si sabe cantar

Neil Postman, autor de 20 libros y cientos de artículos, cuestionó la actitud pasiva de los televidentes: ¿Qué ha pasado con la actitud crítica de la…

MÁS EN ESTA SECCIÓN

Celebrando todo el año

Fighting Sargassum

Community Colleges

La lucha de las mujeres

COMPARTA ESTE CONTENIDO:

Neil Postman, autor de 20 libros y cientos de artículos, cuestionó la actitud pasiva de los televidentes: ¿Qué ha pasado con la actitud crítica de la ciudadanía? Lamentó que se deje llevar por los anuncios políticos pagados, los cuales se convierten en una forma de terapia mediante la cual los candidatos pretenden convencer y tranquilizar a los votantes de su futuro desempeño en determinado puesto. A través de anuncios fríamente calculados por la mercadotecnia más avanzada, proyectan una imagen de honestidad, eficiencia, compromiso social, preocupación por los marginados, y todo es mera actuación ante las cámaras.

Postman fue catedrático de la Universidad de New York, y un crítico incisivo a la aplicación que se le da a la informática en el mundo de alta tecnología, y las consecuencias que ha tenido en la conducta humana: la falta de escrúpulos y la avaricia de los políticos convierten los cargos públicos en medios de enriquecimiento personal a costa de defraudar a los contribuyentes. "La televisión es utilizada para transmitir imágenes de personas profesionalmente maquilladas, y obras construidas en tecnicolor por computadora, que jamás han realizado ni piensan realizar, y el público lo cree. Es como para morir de risa."

En realidad es como para llorar el hecho de que inclusive los ciudadanos del país más poderoso del mundo se dejen impresionar más por la apariencia que por la capacidad de estadista de sus candidatos. Tiene mayor impacto un político bien parecido, corte de pelo y traje moderno, voz modulada y sonrisa Colgate que uno con expresión seria y preocupada. Aunque el segundo tenga mejor preparación y disposición de servir, las últimas encuestas estadounidenses reflejan una marcada tendencia a votar por la imagen: tiene mayores probabilidades de triunfo el actor de cine que el estadista. Si el candidato sabe cantar y usa sombrero de ala ancha tiene mil veces más probabilidades de ganar que un estadista comprometido que ofrezca sus planes de trabajo para mejorar la educación, el campo, la industria, la salud pública. Esos temas aburren, en cambio las canciones alegran el corazón, aunque sea por un ratito.

Para hacer conciencia de los fenómenos sociales derivados de la manipulación de la imagen a través de los medios masivos de comunicación, Postman fue invitado con frecuencia a diversos centros universitarios en los Estados Unidos. En una visita a San Antonio, Texas sustentó una conferencia en el auditorio del Museo Witte; hizo varias propuestas para aprender a evadir los aspectos negativos de la poderosa influencia de la tecnología. Aunque destacó las bondades de la televisión y la computadora, subrayó el peligro de aceptar los datos y las imágenes sin analizarlos a través de una actitud crítica. 

Advirtió los puntos que debemos tomar en cuenta respecto al cambio que implica la tecnología en la política. Siempre se paga un precio: entre más tecnología mayor será el precio. Siempre habrá ganadores y perdedores. Cada avance tecnológico lleva consigo una carga de prejuicio: social, moral o político. A veces conviene, a veces no. El cambio tecnológico no es adictivo, sino ecológico, lo que quiere decir que cambia todo, por lo tanto, es demasiado importante y no puede dejarse enteramente en las manos de Bill Gates. Y por último, la tecnología puede convertirse en fuerza mítica, la información transmitida como un hecho real, lo que permite que controle nuestras vidas y nuestros gobiernos mucho más de lo que es conveniente: se vuelve peligrosa al ser aceptada porque perdemos la capacidad de controlarla.

Neil Postman hizo una crítica incisiva a la aplicación que se le ha dado a la tecnología en el mundo de la política. La televisión ha cambiado el significado de estar 'bien documentado' porque proporciona una especie de información que propiamente debemos llamarla 'desinformación'. La desinformación no significa falsa información. Significa información con sesgo, fuera de contexto, irrelevante, fragmentada o superficial: información que crea la ilusión de saber algo, pero que en realidad aleja del saber, de la verdad.

Unas personas temen decir la verdad para evitar el riesgo que esto implica, otras temen que el dar demasiada información constantemente conduce a una actitud de saturación pasiva. Otras temen que la información caiga en un mar de indiferencia. De todas maneras la información que recibimos en tiempos de elecciones resulta superficial.