Se trata de la economía…
Las pistas de una economía que falla están allí para que cualquiera las vea: No hay crecimiento en el empleo a la par de que se mantiene el desempleo a largo…
Las pistas de una economía que falla están allí para que cualquiera las vea: No hay crecimiento en el empleo a la par de que se mantiene el desempleo a largo plazo, no se recupera el mercado de la vivienda, y no aumenta el gasto de los consumidores.
Es peor ahora, Estados Unidos no tiene quién le compre –y así financie- sus bonos de deuda pública, y ahora la propia Reserva Federal esta semana decidió comprar los bonos directamente, algo así como que el padre le compra el carro al hijo para evitar que éste tenga que mendigar en las calles.
Esta semana la Reserva Federal tuvo que admitirlo: "El ritmo de la recuperación…se desaceleró", "el gasto por hogares… limitado por el alto desempleo, y "los empleadores recelan aumentar la nómina".
Hace mucho que pasaron los días de los crípticos y curiosamente celebrados oráculos de Alan Greenspan, los que no decían nada en absoluto a la par que bendecían los excesos del mundo financiero que nos han llevado a esta debacle.
La economía está mal, muy mal.
Mientras que la Reserva Federal expresa su falta de confianza, por lo menos hace algo para que no se complique aún más la falta de liquidez, algo que los políticos en el Congreso en cambio están resueltos a no hacer.
Un Congreso en elecciones de medio término, premeditadamente rehúsa incentivar la economía, su objetivo es que nadie se lleve el crédito por ofrecer más empleo.
La premeditación es esta, permitir que los ciudadanos que ya sufren se alteren del todo; permitir que los gobiernos locales y estatales fracasen y cierren servicios básicos desde policía hasta maestros; permitir que fracase la economía doméstica en el nombre de "la equidad y la integridad de la economía".
Un miembro de la Reserva Federal curiosamente expresó que "la economía se recupera modestamente", su nombre es Thomas M. Hoenig, presidente del Banco de la Reserva Federal de Kansas City.
El señor Hoenig piensa que las pequeñas y medianas empresas se reactivarán solo cuando el sistema financiero se recupere, según expresó en marzo pasado.
El estímulo de la economía mediante gasto público es un mero e innecesario "bono" ó regalo según Hoenig. Supuestamente es malo mantener a los gobiernos locales y estatales operando, es malo devolver ciudadanos al trabajo mediante construir caminos y puentes, porque "un bono es lo que nosotros los economistas llamamos renta económica. No es algo que uno se gana, solo se recibe".
Al emaciado paciente no se le dará de comer "porque no se la ha ganado"; esta lógica asestará un golpe letal a los trabajadores, dueños de vivienda y pequeños empresarios estadounidenses.
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