Se le está empezando a hacer tarde a los Phillies
Después de este fin de semana ya no se puede decir que es muy temprano para perder la calma con los Phillies. El Juego de Estrellas está programado para el…
Después de este fin de semana ya no se puede decir que es muy temprano para perder la calma con los Phillies.
El Juego de Estrellas está programado para el martes y el Clásico de Verano es la mediatriz no oficial de la temporada. Por cuenta del receso de tres días que se le da a todos los peloteros que no tienen que viajar a Anaheim para el Juego de Estrellas, se considera tradicionalmente que la segunda mitad de la temporada comienza el jueves, 15 de julio.
La mitad oficial de la temporada ocurrió el lunes pasado el día que Roy Halladay utilizó 93 lanzamientos para lanzar su séptimo juego completo del año.
Sin importar como se corte el bizcocho lo certero es que a los Phillies no le queda más tiempo para vacilar después del martes.
Nadie, incluso este servidor, podrá decir después de la batalla entre las estrellas del Viejo Circuito y la Liga Americana: ‘La temporada es larga, no se preocupe’.
Los Phillies tienen que empezar a batear. La jerarquía del equipo reconoce eso y está contemplando zamarrear la artillería para despertarla.
Se rumora que los Phillies están dispuestos a canjear a uno de sus guardabosques para abrirle espacio al novato Dominic Brown quien está quemando las Ligas Menores (.332, 19 HR y 59 RBI en 283 turnos). Las malas lenguas dicen que es posible que Jayson Werth sea canjeado en una movida que le da a Filadelfia un lanzador y le abra el camino a Brown. Mover a Shane Victorino o a Raúl Ibáñez no es atractivo porque le quedan años a sus contratos, mientras que Werth será un agente libre al final de la temporada. La idea de canjear a Werth no suena válido ya que sólo un equipo en contención buscaría adquirirlo por lo que le resta a la temporada y dicho club no arriesgaría soltar los lanzadores que los Phillies demandarían por él.
La idea de realinear los cañones, aunque sea sólo una amenaza, hace sentido ya que el mal de los Phillies yace más en su bateo que en su cuerpo de lanzadores.
Sí, el orden de bateo sufrió lesiones serias en sus filas; perder el primer, segundo y tercer bate durante grandes partes de la primera mitad es un golpe duro, pero no para que la producción se afectase tanto. Filadelfia estaba séptimo en la Liga Nacional en carreras anotadas (390) después de sus primeros 82 encuentros. En comparación, los Phillies terminaron como los líderes en dicha categoría en el circuito en el 2009 (820).
El cuerpo de lanzadores de Filadelfia sufrió lesiones también en la primera mitad: JA Happ; Joe Blanton; Ryan Madson, JC Romero, Chad Durbin, Brad Lidge, y Antonio Bastardo. Sin embargo, los lanzadores lucieron mejor ante la adversidad. Ningún equipo en la liga había rendido menos boletos gratis (207) y sus abridores lideraban la liga en juegos completos (10) y entradas lanzadas (529.1).
En cambio, el bateo ha sido inconsistente y demostró dificultad en montar contraataques después de las primeras seis entradas. Su marca cuando estaban perdiendo después del sexto episodio era 4-26, y después de la séptima 1-30. Los Phillies anotaron tres carreras o menos en 41 de sus primeros 82 encuentros.
Los bates de los Phillies tienen que despertar lo más pronto posible sea con un zamaqueo o no. Los Phillies no pueden esperar el regreso de Plácido Polanco, ni de Chase Utley. De ahora en adelante si los Phillies no avanzan se les hará tarde.
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