Reconstruir Estados Unidos
Washington – Cada semana se pueden ver nuevos elementos de prueba que indican que la crisis de desempleo de Estados Unidos es mucho más profunda y sistémica de…
Según
Mohamed El-Erian, director ejecutivo de bajo perfil de PIMCO, el
resultado es que Estados Unidos está caminado como un "sonámbulo" en su mayor
crisis.
Alrededor de 24 millones de
estadounidenses están desempleados o subempleados. Si estas personas no encuentran trabajo pronto, perderán
habilidades, hábitos de trabajo y estarán desempleados de forma permanente, lo
que implica graves consecuencias no sólo para sus familias, sino también para
la comunidad y el país.
Ben
Bernanke, el presidente de la Reserva Federal, explicó esta semana que la
economía ha pasado por la peor crisis financiera y el colapso del sistema
inmobiliario más profundo desde la Gran Depresión. De hecho, el problema es aún peor. El crecimiento del empleo se ha estancado desde el año
2000. Si no fuera por la burbuja
de crédito e inmobiliaria, esta crisis del empleo se hubiera revelado mucho
antes.
Estamos
en un mundo nuevo para los trabajadores estadounidenses. El cambio tecnológico y la
globalización permiten a las empresas conseguir una mayor producción con menos
trabajadores. Los mercados
emergentes ofrecen millones de trabajadores calificados para producir los
mismos productos a una fracción del precio al cual producen los trabajadores
estadounidenses.
De
hecho, podríamos adoptar algunas medidas que logren impulsar la creación de
empleos, muchas de ellas con un efecto limitado sobre el déficit. De forma inmediata, Washington tiene
que encontrar la manera de emplear a los millones de trabajadores cuyos puestos
de trabajo desaparecieron con la caída del mercado inmobiliario. La forma más sencilla de ayudar a estas
personas, y al país, sería a través de la creación de un banco de
infraestructura nacional para reparar y reconstruir la infraestructura de
Estados Unidos – que está en ruinas y, según el Foro Económico Mundial, se
encuentra en el rango número 23 a nivel mundial – y que, hace tan solo diez años se encontraba por debajo del
sexto lugar.
Un
banco de infraestructura nacional también abordaría un reclamo legítimo del Tea
Party– que los fondos sean destinados a fines específicos. Una de las razones por las cuales el
gasto federal ha sido ineficiente se debe a la distribución de dinero por parte
del Congreso de una manera que tiene sentido político, pero que es ineficiente
económicamente. Un banco de esta infraestructura tomaría las decisiones
utilizando el análisis de costo-beneficio, en un sistema meritocrático, en
lugar de basar las decisiones en el clientelismo y la fantasía.
El
país necesita mucho más: un renacimiento de la manufactura, haciendo hincapié
en la capacitación técnica y programas de aprendizaje; medidas agresivas para
promover esas industrias que están en auge, como el entretenimiento y el turismo,
la expansión de reciclaje, hacer más eficiente el proceso de patentes, más
visas para que los inmigrantes calificados decidan quedarse y crear empresas y
puestos de trabajo. Esto debe
formar parte de un plan nacional de trabajo que el presidente Obama debe
establecer pronto. Pero empieza
con algo que pueda tener un impacto inmediato y ponga a la gente a trabajar –
la reconstrucción de Estados Unidos.
© 2011, The
Washington Post Writers Group
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