¿Quién es que redacta lo titulares?
Un informe noticioso reciente me dejó frío. El titular de una nota de la Associated Press decía, “El índice de matrimonios interraciales está disminuyendo…
Un informe noticioso reciente me dejó frío. El titular de una nota de la Associated Press decía, “El índice de matrimonios interraciales está disminuyendo considerablemente” en los Estados Unidos. Yo supuse que eso significaba que no nos estamos casando entre razas tanto como antes, sin embargo, éste no es el caso.
A continuación lo que realmente está ocurriendo.
El cuarenta por ciento de los asiáticos nacidos en los Estados Unidos se casa con personas blancas. Esta tendencia no ha variado en los últimos 30 años.
El matrimonio de hispanos nacidos en EE.UU. con personas blancas, no hispanas, ha aumentado de un 30 a un 38 por ciento desde 1980. Durante el mismo periodo, el matrimonio entre hispanos nacidos en EE.UU. e hispanos nacidos en el extranjero se ha duplicado.
Los negros tienden a casarse con personas blancas tres veces más ahora que en 1980. Se reporta que un 14,4 por ciento de hombres negros y un 6,5 por ciento de mujeres negras están casados con personas blancas.
Hasta aquí se pensaría que aquel titular tendría que haber indicado lo contrario, ya que ahora hay 83 millones más personas en este país que en el año de base, 1980. El número verdadero de matrimonios interraciales es enorme, grandísimo, hasta tremendo.
Pero supongo que no sería noticia si no tuviera un tinte negativo.
He aquí lo irónico: Una “reacción blanca” (la frase que ellos utilizaron, no yo) en contra de los grupos inmigrantes ha ocasionado que algunas personas se vuelvan hacia lo propio, reporta la nota. Mientras que un total de ocho por ciento de los matrimonios en Estados Unidos son “de razas mezcladas”, el aumento fue apenas del uno por ciento en general. Así describen a una tendencia positiva como “disminuyendo”.
Hazme el favor.
Algo similar ocurrió con la educación. Todos sabemos cómo va – el subtexto es que la educación en Estados Unidos es tan mala y que no va mejorando, por ende es que está empeorando. El titular esta vez decía, “Los índices de graduación para los estudiantes de secundaria en Estados Unidos declinaron por segundo año consecutivo”. Terrible, no discrepo. Pero leer con un poco más detalle nos indica algo diferente.
El cambio a nivel nacional fue del 69,2 por ciento al 68,8 por ciento (un declive del 0,04 por ciento) del año 2006 al 2007, y fue el segundo declive consecutivo en dos años, según datos publicados en Education Week. Esto implica que hubo 11.000 menos graduados de la secundaria, de un total de 3,3 millones en el 2007, que lo que hubo en el 2006. El cambio es de ,003 por ciento.
Resulta que una quinta parte de todos los que no se graduaron provino de 25 grandes distritos escolares, incluyendo la ciudad de Nueva York, Los Ángeles y el condado Clark, Nevada, el que incluye a Las Vegas. Es un número asombroso de sólo unos cuantos lugares de los más de 15.000 distritos y sistemas escolares que hay en los Estados Unidos.
El mismo informe identificó a 21 distritos de grandes ciudades que “se sobrepasaron en términos del logro [académico]”, con índices de graduación mucho mayores que lo esperado, tomando en cuenta los factores demográficos – índices de pobreza, entre otros. Cinco distritos (Newport-Mesa, California; Portland, Oregon; Texarkana, Texas; Memphis, Tennessee; y Visalia, California) salieron con 18 puntos porcentuales o más por encima de lo esperado.
Los hallazgos sugieren que hay algo engañoso cuando se aplican viejos estereotipos para describir un destrozo total cuando lo que está abollado es el parachoques y el sistema requiere de afinamiento. Las conclusiones falsas, pero fácilmente derivadas, son perjudiciales cuando tienen tinte de calumnia que pueden manchar a algunos grupos de poco motivados o de pocos logros por razones de raza o etnicidad, estado migratorio o económico – como ocurre tantas veces – merced de una “matriz” poco elaborada, el nuevo término que se está usando para referirse al fichaje estadístico.
Por supuesto que hay problemas con la instrucción académica. Se requiere de mucha innovación para volver al índice de graduación del 77 por ciento del año 1969. Pero el destacar lo que no se debe no lleva a la impresión apropiada.
Una vez entrevisté a una persona que sufría de una fuerte adicción, quien exclamó, “¿Cómo puede algo tan malo sentirse tan bien?”
No pude sacar de la mente estas palabras oximorónicas. Parece que están en el mismo punto ahora los que redactan e investigan las noticias. Podemos poner las cosas claras y volar derecho y sacar conclusiones correctas, o será que nosotros también requerimos de una intervención terapéutica de la realidad.
[José de la Isla redacta un comentario semanal para Hispanic Link News Service y es autor de The Rise of Hispanic Political Power (2003). Su último libro, auspiciado por la Fundación Ford, se encuentra en versión digital gratuita en www.DayNightLifeDeathHope.com. Comuníquese con él a: joseisla3@yahoo.com].
©2010
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