Prejuicios respecto al acoso escolar
Cuando nos vemos obligados a pensar en el asunto del acosamiento —ya sea por una tragedia de alta visibilidad o porque alguna variedad de esa práctica nos ha…
Quizás sea un mecanismo de
defensa para no abrumar al estudiante, padre o administrador escolar que se ve
obligado a tratar con un tema, que la mayoría de nosotros no desea enfrentar
jamás —o lo que es peor, tener que enfrentar "nuevamente".
Por
ejemplo, en un reciente debate entre candidatos a la alcaldía de Chicago en el
que el público estaba integrado por estudiantes de las escuelas públicas de la
ciudad, surgió el tema del acoso escolar. De los cuatro candidatos en el
escenario —todos los cuales habían asistido a alguna escuela pública vecinal—
tres admitieron haber sido víctimas de esa práctica. Pero el ex jefe de
personal de la Casa Blanca, Rahm Emanuel fue el que conmocionó a los
espectadores que observaron el debate en TV, con sus experiencias.
Emanuel,
el menudo ex bailarín de ballet que es considerado por muchos de los que han
tenido que tratar con él como un intimidador implacable, recordó que cuando
asistía a la Escuela Secundaria New Trier, lo hostigaron con comentarios
raciales insensibles debido a su tez tostada durante las vacaciones. También
dijo que le habían dado una paliza y le habían robado su bicicleta.
Ubicada
en un elegante suburbio de la costa norte, New Trier es una potencia académica
que se distingue en las artes y que es calificada, constantemente, como una de
las mejores escuelas secundarias de Estados Unidos —exactamente el tipo de
lugar en el que los acosadores prosperan.
¿Los
asombra eso? Probablemente sí, porque ése es uno de los muchos prejuicios que
tenemos en lo concerniente al acoso escolar.
En
la lista de los 10 principales mitos sobre el acoso ó matonismo, el
Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos coloca la creencia
de que es principalmente un problema de escuelas pobres y urbanas bien arriba,
junto con otros conceptos falsos como que "la mayoría del acoso es físico",
"los niños y jóvenes que actúan como acosadores son generalmente solitarios y
carecen destrezas sociales" y el viejo dicho de "niños que actúan como niños".
"El
acoso es una conducta depredadora, es una lucha de poder que involucra
perjudicar física, social y emocionalmente a alguien que se percibe como débil,
y que tiene lugar en todo nivel socioeconómico", dijo Catherine Cowan,
directora de comunicaciones de la Sociedad Nacional de Psicólogos Escolares, un
grupo que representa a los profesionales que frecuentemente tratan con asuntos
de acoso escolar. Se rió cuando le dije que había oído a ciertos individuos,
entre ellos a comentaristas locales conocidos, expresando dudas sobre el hecho
de que Emanuel hubiera encontrado acosadores en un entorno tan acomodado.
"Resulta que yo también fui a New Trier", dijo ella. "Créame, allí había
acosadores".
Según
un estudio de 2010 del Instituto de Ética Josephson titulado "La ética de la
juventud estadounidense", la mitad de los 43.321 estudiantes encuestados en
escuelas secundarias públicas y privadas de todo el país admitió haberse
comportado como acosadores con alguien, el año anterior. Y el 47 por ciento
expresó que había sido víctima de acoso, burlas y hostigamiento suficientemente
graves como para afectarlo. El 33 por ciento de esos estudiantes expresó que la
violencia es un gran problema en su escuela, y el 24 por ciento dijo que no se
siente seguro en ella.
"Un
muchacho puede tomar a otro como blanco y utilizar su mayor poder para
perjudicar a la víctima en cualquier lado, en cualquier escuela", me dijo
Cowan. "No creo que porque su hijo vaya a una escuela acomodada uno debe pensar
que corre menos riesgo de ser víctima de acoso".
Justin
Lu, director asistente del Instituto Josephson, dijo que en los 20 años desde
que la organización comenzó a realizar la encuesta, la conciencia general sobre
la preponderancia del acoso escolar ha crecido en forma importante. Incidentes
reconocidos nacionalmente en que los estudiantes se han suicidado tras no poder
aguantar una intimidación constante han afirmado el hecho de que el acoso/matonismo
no puede ya ser considerado como un trauma menor de la infancia, que los mismos
niños deben resolver solos. Ahora hay 45 estados que tienen leyes creadas para
combatir el acoso en las escuelas, y varios las han vuelto más severas o han
propuesto hacerlo. Innumerables universidades y distritos escolares también
están reevaluando sus normas.
Pero
para poder abordar este problema con nuestras manos, debemos primero abordarlo
con nuestras cabezas. Sólo una evaluación honesta de las conductas que el
entorno de nuestro hogar, comunidad o escuela refuerza en los matones tendrá el
mayor impacto. Y para comenzar, debemos superar los prejuicios para comprender
que ninguna escuela —urbana, suburbana, rural, privada o pública— y ningún
nivel económico ofrece a los estudiantes respiro respecto al acoso.
La dirección electrónica
de Esther Cepeda es estherjcepeda@washpost.com.
© 2011, The Washington Post
Writers Group
[DESTACADO]
ninguna escuela —urbana, suburbana, rural, privada
o pública— y ningún nivel económico ofrece a los estudiantes respiro respecto
al acoso.
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