Otro Rostro Para La Muerte
Una breve historia de las casas de cuidado de adultos mayores.
Lo que hoy conocemos como asilos para ancianos, o casas de cuidado para adultos mayores, proviene de lo que el Rey Athelstan concibiera como almshouses, o casas para pobres, por allá en el siglo X.
Otro producto de la piedad Cristiana, estas casas u hospitales eran fundadas para beneficiar el alma de quien pusiera el dinero para su establecimiento, e iban frecuentemente acompañadas de una capilla.
Era algo así como una manera de comprar el billete directo al Cielo.
Aunque en un principio se ocupaban de enfermos, ancianos y enfermos mentales, para principios del siglo XX, la población de adultos mayores constituía el 85% de los residentes en estas instituciones.
En Estados Unidos, fue precisamente William Penn, fundador de la Mancomunidad de Pennsylvania, quien introdujo esta tradición inglesa. Financiados por los impuestos sobre la propiedad de los terratenientes, algunos estados llegaron a acumular hasta 7.000 personas en sus asilos a finales del siglo XIX, de los cuales el 10% eran enfermos mentales.
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La falta de cuidados y la negligencia, ha sido elemento inamovible de esta historia.
A pesar del cambio en el sistema durante los últimos 100 años, y a pesar de la gran inyección de capital que suponen las nuevas “casas de retiro”, como se conocen actualmente, el concepto sigue siendo el mismo: es un último recurso para quienes la soledad o la incapacidad les desplazan a los bordes del sistema social.
La pandemia del Coronavirus, como cualquier episodio catastrófico en la historia de la humanidad, ha sacado a relucir los fallos más profundos en esto que llamamos Era Global, y las casas de cuidados para adultos mayores han sido el peor foco de contagio.
Es por ello que nuestra edición de esta semana pretende explicar el oscuro panorama que enfrentan cientos de miles de ancianos quienes, abandonados a su suerte, han debido convivir con otra imagen de la muerte, mientras el sistema de gobierno sigue dejándoles de lado en el triaje de prioridades.
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