Opuestos a una imagen
Mucho antes de que existiera Sofía Vergara haciendo morisquetas para las cámaras en el papel de la bomba latina, tuvimos a María Conchita Alonso, quien ahora…
Mucho antes de que existiera Sofía Vergara haciendo morisquetas para las cámaras en el papel de la bomba latina, tuvimos a María Conchita Alonso, quien ahora está de vuelta.
La actriz que causó sensación a mediados de los 80 en films como "The Running Man" y "Moscow on the Hudson" —inspirando a innumerables hombres monolingües a decir "¡Muy caliente!" en el momento adecuado— ha salido, aparentemente de la nada, e irritado a mucha gente.
No está claro si ofendió a tantos porque hizo un video para Tim Donnelly, candidato del Tea Party que se presenta a la gobernación de California y que ha sido acusado de ser anti-inmigración y, en general, hostil hacia los hispanos, o porque su participación en el video fue tan opuesta al estereotipo de la activista latina que apoya fronteras abiertas, pero el incidente entero rezumó "escándalo".
Al menos parte de la indignación tiene que haber sido porque el aviso era muy vulgar.
No los aburriré con los detalles -o peor aún, no les pediré que lo vean. Lo principal es que en el aviso se la ve a Alonso traduciendo, y aparentemente apoyando, las ideas de Donnelly de combatir un gobierno con amplias prerrogativas, la inmigración ilegal y las amenazas contra las leyes que permiten las armas de fuego. Lo hizo con mucha coquetería, usando unas pocas palabras escogidas, que se consideran vulgares en español, y en broma elogió una parte de la anatomía de Donnelly. Todo ello sosteniendo un chihuahua con un sweater rosa, al que presentó ante las cámaras como "Tequila".
Como resultado, esta actriz nacida en Cuba y criada en Venezuela, fue puesta por los suelos en los medios sociales y obligada a abandonar su próxima actuación en una producción en español de la obra "The Vagina Monologues."
Como respuesta, Alonso desplegó una ofensiva mediática, ofreciendo muchas racionalizaciones por su papel en el aviso. No googleó a Donnelly en español, por lo que no se enteró de su actitud hacia los inmigrantes; no sabía que era miembro del tea party; no está de acuerdo con todo lo que Donnelly piensa de todas formas, entonces ¿cuál es el problema?
En realidad, no es para tanto. Si el aviso hubiera sido ignorado (como traté de hacer yo), pocos hubieran presenciado el espectáculo de una estrella casi olvidada derritiéndose por un candidato con pocas posibilidades de desbancar al gobernador Jerry Brown.
Pero la historia se propagó como la pólvora, porque Alonso ha abochornado a muchas personas, a quienes les preocupa su propia imagen.
Entre ellos, los hispanos que desean ser vistos como un bloque electoral importante y sofisticado, los que siempre se lamentan de la falta de latinos en Hollywood, los que quieren pintar a los hispanos como fiables demócratas liberales y, por último, los latinos que son republicanos y están tan cansados de ser tratados como ignorantes, traidores o como una broma, por los demás hispanos. (¿Cuántas latinas republicanas se erizaron con desagrado por la manera en que Alonso las pintó cuando se enteraron de este escandalete?)
En realidad, los que más perdieron, fueron los que, en general, quieren más "representación latina" en nuestra sociedad -y prefieren el tipo de representación que es estrictamente positiva, que cuenta la historia de un modelo de la monolítica "comunidad hispana" orgulloso, amante de la familia y propagador de cultura.
No es que ese deseo no tenga su mérito. Yo, también, quiero que la gente termine de igualar el término "hispano" con las categorías de nacido en el exterior, presente ilegalmente, ignorante y pobre. Pero tener latinos modelo "ahí afuera", que representen a todos los hispanos no funciona a causa de la intensa diversidad de la población hispana.
Y cuando una actriz estimada en el pasado, saca a su Chihuahua para promover en español a un Minuteman, bueno, esa misma disonancia irrita a la gente.
Pero Alonso no fue la única que hizo el ridículo y abochornó a los demás, recientemente.
Los hispanos han hecho tanto barullo por Juan Pablo Galavis, primer latino en el programa realidad en TV, "The Bachelor", que se podría pensar que el primer presidente hispano ha salido electo. (Toda la bulla no fue positiva, que conste -muchos se alteraron porque Galavis es "demasiado blanco" para representar a los latinos apropiadamente.)
De pronto, todo pareció detenerse abruptamente cuando Galavis dijo que no debería haber participantes gay en The Bachelor" porque son "más pervertidos". Galavis echó la culpa a su dificultad con el inglés, pero nadie le creyó y así fue como los hispanos de Estados Unidos se decepcionaron al comprobar que su representante en "The Bachelor" resultó ser un hómofobo.
Es una lata, pero para una persona que realmente desea que haya un "líder hispano", un "representante hispano" o un portavoz que represente a una etnia, son consecuencias que deben esperarse. La idea no es viable, pero hay gente que aún la persigue eso y, como pueden ver, a veces hay que tener cuidado con lo que se desea.
DEJE UN COMENTARIO:
¡Únete a la discusión! Deja un comentario.