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Fidel Castro (1926 - 2016)
Fidel Castro (1926 - 2016)

[OP-ED]: Y la muerte de Fidel ¿Acaso le importa a los jóvenes?

Cuando por fin parecíamos habernos librado del rostro de Donald Trump en las portadas, ahora parece misión imposible hojear algún periódico o surfear en la web de algún medio de comunicación sin toparse con el rostro de Fidel Castro. 

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Cuando por fin parecíamos habernos librado del rostro de Donald Trump en las portadas, ahora parece misión imposible hojear algún periódico o surfear en la web de algún medio de comunicación sin toparse con el rostro de Fidel Castro. 

El  fallecimiento del Comandante en Jefe parece haber conmocionado el mundo, por lo menos a los medios que no cesan de repetir la noticia vieja de su deceso, aunque para la mayoría de jóvenes occidentales Fidel Castro era ese anciano de barba larga un poco chalado, que aparecía en televisión vestido en chándal Adidas y daba discursos interminables, sin que ellos pudieran entender muy bien por qué. Y por “jóvenes”, nos referimos a aquellos que nacieron después de 1975, y que por tanto no recuerdan en su infancia haber sufrido los temores de la Guerra Fría, el miedo a un conflicto armado con la URSS. 

“Hay que viajar a Cuba  antes de que sea demasiado tarde”, ha sido la frase más escuchada los dos últimos veranos entre esta generación de jóvenes, tanto europeos como americanos. 

Desde que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba, el temor a perderse el sabor de la “auténtica Cuba comunista” ha multiplicado los viajes de vacaciones a la isla. 

En Instagram y Facebook, abundan las fotos de fiestas en la Habana, de playas paradisíacas, de cenas de amigos en los populares “paladares” –un sistema de restaurantes exclusivamente de Cuba,  montados y dirigidos por cuentapropistas.

Nadie quiere perderse la ocasión de pasear por un Malecón desaliñado, o  montarse en uno de esos viejos Cadillac de los años 50 antes de que  la liberalización del mercado del automóvil los sustituya por Toyotas Corolla o el último modelo de SUV de la Ford.  

En una carta editorial publicada este fin de semana en El País, la conocida bloguera cubana Yoani Sánchez escribe que los “cubanos que tenían menos de 15 años en julio de 2006, cuando se anunció la enfermedad del entonces presidente, apenas recuerdan el timbre de su voz.”

“Solo conocen las fotos en las que aparecía últimamente cuando lo visitaba algún invitado extranjero o a través de sus cada vez más disparatadas reflexiones,” dice.

“Es la generación que nunca vibró con su oratoria y jamás lo secundó en el temible grito de ‘¡Paredón!’ con el que hizo bramar la plaza de la Revolución”.

En el resto del mundo, los jóvenes recordarán a Fidel Castro con la misma o aún mayor indiferencia.