OP-ED: Puerto Rico dice ¡basta ya!
¿Cuándo es el momento de decirle al mundo que ya basta? Para Puerto Rico, que pronto se encontrará bajo el control férreo de una dictadura impuesta por…
¿Cuándo es el momento de decirle al mundo que ya basta? Para Puerto Rico, que pronto se encontrará bajo el control férreo de una dictadura impuesta por Washington, el momento es ahora.
Si acaso alguien fuera todavía lo suficientemente ingenuo como para poner en duda que Puerto Rico es una colonia de EE.UU., el Senado norteamericano va a considerar un proyecto de ley, posiblemente esta semana, que autorizará la creación de una junta de control financiero compuesta por siete miembros, supuestamente para ayudar a Puerto Rico con su inmensa deuda. La tal legislación prescribe también un salario mínimo de $4.25 para los trabajadores jóvenes recién contratados, que es el más bajo de todos los EE.UU. Dicho proyecto de ley, conocido irónicamente como PROMESA, fue aprobado por la Cámara de Representantes el 9 de junio con una votación bipartidista de 297 a 127.
La junta, una palabra con connotaciones abominables de dictadura militar, pisoteará aún más la maltrecha soberanía de la isla. Los poderes de la junta nombrada por Washington serán absolutos.
“La Autoridad PROMESA”, como acertadamente la describió un amigo en Facebook, “será gobernador, banquero, juez, jurado y prestamista. Manejará toda la economía puertorriqueña y no tendrá que dar cuentas a nadie en la isla. Le dirá al gobierno de Puerto Rico cuándo saltar y cuán alto. Contraerá deudas, gastará dinero de cualquier manera que crea conveniente, y les pasará la cuenta a los puertorriqueños para que sean ellos quienes la paguen”.
La nueva entidad, cuya verdadera misión, lejos de ser ayudar a Puerto Rico es servir como una agencia de cobros para los fondos buitres responsables de la desesperada situación económica de la isla, es, por supuesto, legal según las leyes de la metrópolis. Pero para los puertorriqueños es una imposición inmoral, humillante y abusiva.
Mientras que la crisis ha forzado el cierre de nada menos que 500 escuelas en Puerto Rico, los fondos buitres esperan ganar unos increíbles $1,600 millones gracias a esa misma crisis.
Si todo esto no fuera suficiente, también el 9 de junio el Tribunal Supremo de EE.UU., con un lenguaje muy directo, disipó todas la dudas sobre quién es el amo: “Puerto Rico se convirtió en un territorio de los Estados Unidos en 1898, como resultado de la Guerra Hispano-Americana”.
Y añadió: “Los territorios de EE.UU. no son soberanos diferenciados de los Estados Unidos”.
Así que eso es lo que hay. Díganle adiós a la ilusiones de un estado libre asociado. Una colonia no es más que eso, una colonia. Y para vergüenza de EE.UU, Puerto Rico es la colonia más antigua del mundo.
Los puertorriqueños son ciudadanos de EE.UU. desde 1917, pero son muchos los que se están dando cuenta por primera vez de que no todas las ciudadanías americanas son iguales. Se ha hecho dolorosamente obvio en estos últimos meses, que los 3.5 millones de habitantes de la isla son ciudadanos de segunda clase a los ojos de los amos de Washington.
Pero Puerto Rico es un país latinoamericano y ha llegado el momento de que su gente reclame su lugar en la lista de las naciones soberanas del mundo. América Latina nunca estará completa sin Puerto Rico.
Basta ya.
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