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No se puede controlar el presupuesto si no se desea hacer cambios en el Seguro Social, Medicare y otros programas de salud.
No se puede controlar el presupuesto si no se desea hacer cambios en el Seguro Social, Medicare y otros programas de salud.

[OP-ED]: Lección elemental sobre el presupuesto—para Trump y para todos

Durante mucho tiempo—no años, sino décadas—he dicho que estamos convirtiendo lentamente el gobierno federal en una agencia para la asistencia médica y el…

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El incesante aumento en el costo del Seguro Social, Medicare y otros programas de salud está drenando, lentamente, fondos de otras áreas, desde defensa a educación. Aún así, es difícil para mucha gente comprender lo que está ocurriendo, porque los cambios, año a año, parecen pequeños y sin consecuencias. 

Permítanme, entonces, utilizar otra herramienta instructiva: una tabla. Considérenlo como una lección elemental sobre el presupuesto, buena para el presidente Trump y para todos. 

La tabla inferior muestra las principales categorías de gastos gubernamentales como porción de los ingresos nacionales—la economía o el producto bruto interno (PBI). La cifra para el año 2000 es una cantidad real; las cifras para 2017 y 2037 son proyecciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) bajo políticas gubernamentales existentes y suposiciones económicas plausibles. 

Lo que es obvio es que los gastos gubernamentales están dominados por el Seguro Social, Medicare y otros programas de salud. En verdad, su porción de gastos creció con el correr del tiempo. En 2000, estos programas representaban aproximadamente el 7 por ciento del PBI (4 por ciento para el Seguro Social, 3,1 por ciento para la asistencia médica). Eso equivalía casi a la mitad de todos los gastos gubernamentales, excluyendo los intereses de la deuda federal. Para 2017, su porción es más de la mitad de los gastos sin los intereses, y representa más de un 10 por ciento del PBI (4,9 por ciento Seguro Social, 5,5 por ciento asistencia médica). 

Mirando hacia delante y considerando la marea de baby-boomers jubilados y el alto costo de la asistencia médica, la CBO considera que habrá una continuación de la misma tendencia. Para 2037, el Seguro Social y los programas de salud federales absorberán casi un 14 por ciento del PBI, o alrededor de un séptimo de los ingresos nacionales. 

Gastos gubernamentales 2000-2037 (como porcentaje del PBI)

200020172037 

Seguro Social4,04,96,3

Medicare/otros programas

de salud3,15,57,6

Otros beneficios2,32,62,4

Defensa/gastos internos

discrecionales6,16,35,3

TOTAL 15,519,321,6

Así es que el mensaje está claro. No se puede controlar el presupuesto si no se desea hacer cambios en el Seguro Social, Medicare y otros programas de salud. Durante años, insté a que aumentemos gradualmente las edades requeridas para recibir beneficios y que recortemos algunos de ellos dirigidos a los jubilados más prósperos. Esas medidas reconocen las expectativas de vida más largas y el mayor bienestar de muchos norteamericanos ancianos. Si se introducen lentamente, no causarán problemas. 

Se ha hecho poco o nada. Podría decirse que por falta de acción, los Congresos y los presidentes—de ambos partidos—crearon una prioridad nacional: casi todos los demás programas deben subordinarse a las necesidades del Seguro Social y los gastos de salud. Entre 2000 y 2037, todo el aumento en gastos federales (como porción del PBI) será un reflejo de estos programas, según proyecciones de la CBO. 

Examinen la tabla una vez más. La categoría denominada “gastos discrecionales” que incluye defensa y muchas otras funciones rutinarias del gobierno (investigaciones, parques nacionales, el FBI, el Guardacostas y mucho más), muestra en realidad un descenso en los gastos como porción del PBI. Para 2017, lo mismo ocurre en “otros beneficios”, categoría que cubre estampillas de alimentos, seguro de desempleo y otras protecciones de la “red de seguridad”. El panorama presupuestario es peor de lo que esas cifras sugieren, porque ignora que ya tenemos déficits anuales de alrededor de 500.000 millones de dólares, aproximadamente un 3 por ciento del PBI. 

El mensaje más amplio de esta lección sobre el presupuesto es que, bajo la influencia de una sociedad que envejece y costos de salud altos, se está re-definiendo el gobierno silenciosamente. Todas las otras agencias y departamentos enfrentan presiones continuas para reducirse. El gobierno está estrechando su foco aunque se está agrandando. La paradoja es la lección real de la tabla presupuestaria.