OP-ED: La perspectiva de un 'millennial' sobre las elecciones 2016
Esta no es la América que me enseñaron a amar.
Este noviembre seré elegible para votar en una elección presidencial por primera vez en mi vida de 20 años. Es un derecho del que muchos estadounidenses se enorgullecen, y que he estado ansioso por ejercer desde que tome una clase de historia de Estados Unidos en mi tercer año de secundaria. Sin embargo, entre más se acercan las elecciones generales más escéptico me siento de participar en ellas.
Y es que mientras la mayor parte del equipo editorial de AL DÍA News estuvo presente en la Convención Nacional Demócrata, yo estaba en las calles de Filadelfia haciendo cobertura de las múltiples protestas que ocurrieron alrededor de la ciudad. Mientras cubría cada una de las protestas, note un número abrumador de ciertos grupos de protesta específicos entre ellos: el grupo anti-Trump, el grupo anti-Hillary, y —tras el escándalo de los correos electrónicos filtrados de miembros de partido demócrata favoreciendo la campaña de Hillary— el grupo anti-DNC.
[node:field_slideshow]
Mientras observé y documenté lo que sucedió, la dura realidad me golpeó: esta no es la América que me enseñaron a amar.
Me enseñaron a amar a un Estados Unidos que tiene un sinfín de oportunidades para vivir tus sueños.
Me enseñaron a amar a un Estados Unidos que acepta la diversidad y da la bienvenida a todo tipo de personas e ideas.
Me enseñaron a amar a un Estados Unidos cuyo gobierno es "del pueblo, para el pueblo y por el pueblo."
En lugar de ello, vivimos en un Estados Unidos donde el racismo institucional es silencioso, pero más fuerte que nunca.
En lugar de ello, vivimos en una América donde la democracia es una ilusión, y los partidos políticos favorecen a un candidato sobre el otro.
En lugar de ello, vivimos en una América donde alguien que ha hecho declaraciones prejuiciosas sobre mujeres, vilipendiado a inmigrantes indocumentados, y hecho comentarios despectivos contra los musulmanes tienen la oportunidad de ser presidente de los Estados Unidos.
Existe una retórica repetitiva de que esta elección presidencial es la elección entre "el menor de dos males". Sin embargo, yo prefiero pensar que se trata de una cuestión sobre hacia dónde se dirige nuestros país.
Ambos candidatos se han valorado en términos desfavorables; y por ello me uno a los manifestantes con esperanza de mejores opciones a las que tenemos ahora. Sin embargo, como un hispano que cuenta con varios miembros de familia indocumentados, es mi obligación moral mantener a Trump y a sus ideas divisivas fuera de la Casa Blanca. Hillary Clinton podrá ser reconocida por jugar el juego de la política y decir cualquier cosa con tal de ser elegida, pero en el peor de los casos, lo que vamos a sacar de un gobierno de Clinton será un mal presidente, esperemos. Con Trump como presidente de EE.UU., no hay forma de saber que puede suceder.
Habiendo dicho lo anterior, sigo estando escéptico sobre por quien emitiré mi voto. Tal vez en una mejor carrera presidencial, lo sabré..
DEJE UN COMENTARIO:
¡Únete a la discusión! Deja un comentario.