Sin embargo, en la temporada 2013-2014, el equipo empezó a sumar una victoria tras otra y consiguió el campeonato, ganándose su merecida participación en la Premier. No obstante, las cosas fueron complicadas en la primera temporada en la élite del soccer inglés, en la que el Leicester City tuvo que luchar a brazo partido para finalizar en una decimocuarta posición que le auguraba enfrentarse un año más a temibles equipos como Manchester United, Chelsea, Arsenal, Liverpool...

Un buen día, para ser más concretos el 13 de julio de 2015, llegó a este añejo club un veterano entrenador italiano, Claudio Ranieri, quien con su varita mágica hizo creer a sus jugadores que eran grandes y que podían plantar cara a cualquiera. Sí, Ranieri convirtió una mentalidad de calabaza en carroza y su equipo comenzó a volar. La mejor historia de transformación se dio en el ariete Jamie Vardy, que pasó de marcar cinco goles en su primera temporada en la Premier League a firmar 24 en su segunda y convertirse en uno de los delanteros de la Selección de Inglaterra.

¡Y el Leicester despegó! Nadie daba crédito, primero en Inglaterra, después en Europa y más tarde en todo el mundo, de la hazaña protagonizada por los Zorros. El equipo tomó una gran ventaja en la cabeza de la liga. Las casas de apuestas se centraron en predecir cuándo la perdería, pero el Leicester siguió sumando y sumando puntos hasta proclamarse campeón de la Premier, devolviéndonos a muchos la fe en el soccer y constatando que un caso así, en un mundo en que manda el dios dinero, todavía puede ocurrir.

Pero la historia no acabó con el título del soccer inglés. Los escépticos dudaban de las posibilidades del Leicester en la Champions League, pero el club ha seguido respondiendo. Centrar esfuerzos en el torneo continental ha pasado factura. En la Premier, los Zorros esta temporada se encuentran en la decimoquinta posición. Sin embargo, en la Champions lograron clasificarse rápidamente entre los 16 mejores equipos, tras obtener 13 de los 18 puntos posibles en la fase de grupos.

Como en todas las historias, las cosas se complicaron al máximo. Los malos resultados locales y una derrota en Sevilla, 2-1, en el duelo de ida de los octavos de final, costaron el puesto a Ranieri. Pero el Leicester se volvió a superar y protagonizó otra gran hazaña, doblegando al conjunto andaluz 2-0 en Inglaterra para avanzar a la siguiente ronda, gracias a un penalti detenido por el portero danés, Kasper Schmeichel. 

El sorteo ha deparado que el Leicester se mida al Atlético de Madrid en los cuartos de final. Por supuesto, el equipo español es favorito. Pero Simeone y compañía harían bien en no confiarse. Hasta que caiga derrotado definitivamente en la Champions, la historia de este pequeño club inglés, Cenicienta del soccer europeo, continuará viva.