OP-ED La excelente aventura de Trump & Pence
La convención republicana está en su apogeo en estos momentos en Cleveland, a pesar de las controversias y las locuras que la precedieron. Todos el mundo…
La convención republicana está en su apogeo en estos momentos en Cleveland, a pesar de las controversias y las locuras que la precedieron. Todos el mundo espera que sea, pues, un poco rara. Y no solamente porque los republicanos siempre han sido unas criaturas extrañas, sino también porque este año el elenco está compuesto por personajes que deberían estar en un manicomio en vez de una reunión política que pretende decidir el futuro del país por los próximos cuatro años.
Todos sabemos que Donald Trump es un narcisista vulgar y lleno de prejuicios, cuya ignorancia sobre cuestiones políticas se compara únicamente a su afición a las declaraciones grandilocuentes y vacías estilo Make-America- Great. Con solo imaginarse que este insoportable personaje pudiera llegar a ser Presidente le pone los pelos de punta a cualquiera.
Para hacer las cosas todavía más raras, Trump escogió como su compañero de boleta al gobernador de Indiana, Mike Pence, quien es tan odiado como el mismo Trump.
Pero la pareja fascistoide no arrancó con el pie derecho. El logo de Trump/Pence que develaron con mucha fanfarria resultó ser sugerente de un acto sexual -- y se convirtió rápidamente en el hazmerreír de las redes sociales.
El nuevo perro faldero de Trump hablará el miércoles, un día antes de que su jefe se dirija a la convención intentando parecer “presidencial” en vez de lo que es: un embustero patológico.
Pence es una desgracia política en todos los aspectos, pero tiene al menos una cualidad redentora: va a ayudar a enajenar a muchos más votantes latinos reduciendo aún más el chance de que su jefe llegue a la Casa Blanca.
Político de ultraderecha, su férrea oposición a los derechos de los trabajadores y de la comunidad LGBT es bien conocida, para no mencionar su crueldad cuando se trata de
inmigración.
“Mike Pence ha votado en numerosas ocasiones para quitarles sus derechos civiles a los inmigrantes indocumentados, la comunidad LBGT, las mujeres y las comunidades de bajos recursos”, le dijo a La Opinión Kika Matos, del Centro de Acción para el Cambio Comunitario, basado en Washington.
Matos tiene razón. En 2009, Pence apoyó un proyecto de ley -- que no prosperó—para privar de la ciudadanía americana a los niños nacidos aquí de padres indocumentados.
Pence también sumó a Indiana a la acción legal federal contra las acciones ejecutivas tomadas por Obama en 2014 que impidieron la aplicación de DAPA-DACA y dejaron en el limbo a más de 5 millones de inmigrantes.
Mientras que la plataforma del Partido Demócrata será la más progresista de toda su historia, la de los republicanos es exactamente lo opuesto. La misma apoya la construcción de un muro fronterizo, rechaza todos los derechos duramente ganados por la comunidad LGBT, apoya la deportación de 11 millones de inmigrantes y hasta pide una prohibición temporal de la entrada de musulmanes a este país.
No es ninguna sorpresa que una encuesta reciente de Univisión revelara que Clinton aventaja a Trump con los votantes latinos por 48 puntos, y que 73% de los votantes hispanos que participaron en la encuesta considera que el candidato republicano es racista.
La noticia no es buena para la fórmula Trump/Pence o para el Partido Republicano, pero es formidable para los inmigrantes, los latinos, los afroamericanos, las mujeres, la comunidad LGBT, los trabajadores y todas las personas cuerdas a lo largo y ancho de EE.UU.
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