OP-ED: La discriminación no es solo en blanco y negro
Negros y blancos están en mundos separados en cuanto a su visión sobre raza y desigualdad, según un nuevo estudio del Pew Research Center. Inevitablemente la…
Negros y blancos están en mundos separados en cuanto a su visión sobre raza y desigualdad, según un nuevo estudio del Pew Research Center. Inevitablemente la primera reacción a esa conclusión es algo así como ¡no me digas! ¿ Y qué más hay de nuevo?
En un momento como el actual en el que denigrar a los negros y los latinos impulsó a un racista empedernido como Donald Trump a convertirse en el presunto nominado presidencial del partido Republicano, las conclusiones del estudio no son precisamente noticias de última hora.
“Uno oye anécdotas de que hay una división en el país,” y el estudio lo confirma, ha dicho Juliana Horowitz, directora asociada de investigación en el Pew Center.
De hecho, al acercarse la nación al octavo año del mandato de Barack Obama, las esperanzas de una era postracial levantadas por su elección como primer presidente negro, parecen haber sido solo una idea pintoresca.
Tristemente Pew encontró que, si bien los blancos piensan que ya ha sucedido, alrededor de 4 de cada 10 americanos negros expresan gran escepticismo sobre llegar a ser tratados como iguales a los blancos alguna vez.
No es sorprendente que el estudio de Pew haya encontrado que “por grandes márgenes, los adultos negros tiene mayor probabilidad que los blancos de decir que a los negros se les trata más injustamente que a los blancos en varias áreas claves de la vida en EE.UU”.
Estas incluyen trabajos, tratos con la policía, tribunales, al solicitar un préstamo o una hipoteca, en tiendas y restaurantes, y al votar en las elecciones. Esto, por supuesto, es de lo que se trata el llamado “privilegio blanco”.
No obstante, el racismo y la desigualdad no son exclusivamente problemas en blanco y negro. A medida que la población de latinos ha crecido en el país, estos problemas se han ido convirtiendo más y más en suyos también
Como también reporta Pew, “alrededor de la mitad de los hispanos en EE.UU. (52 por ciento) afirman haber experimentado discriminación o haber sido tratados injustamente a causa de su raza o etnicidad”.
Un hallazgo interesante aunque nada sorprendente es que, consistente con la actitud prevaleciente en el país de desconfianza hacia los jóvenes, el porcentaje de hispanos entre los 18 y 29 años que afirman haber sufrido discriminación es 30 por ciento más elevado que el porcentaje de los mayores de 50 años.
Interesante también –y aparentemente contrario a la lógica—es que, según Pew, “los hispanos nacidos en EE.UU. (62 por ciento) tienen mayores probabilidades que los inmigrantes (41 por ciento) de decir que han experimentado discriminación o trato injusto”.
Pero la discriminación puede tener muchas formas, tal y como lo pueden atestiguar los 3.5 millones de ciudadanos americanos que viven en Puerto Rico.
PROMESA, el infame proyecto de ley que Obama firmara el jueves, crea una junta de control fiscal de siete miembros, supuestamente para ayudar a Puerto Rico con su enorme deuda. La ley también prescribe una rebaja del salario mínimo a $4.25, para los trabajadores jóvenes recién contratados. Este es el salario más bajo de todo EE.UU.
La junta, cuya misión verdadera es fungir como una agencia de cobros para los fondos buitres, acabaría de una vez con lo que aún quede de la maltrecha soberanía de Puerto Rico. La junta nombrada por Washington tendrá poder absoluto.
El jueves el gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, decretó una moratoria en el pago de la deuda sobre los casi dos mil millones que vencían el viernes, lo cual es el mayor incumplimiento en la historia de Puerto Rico.
De algo no hay duda: los puertorriqueños, discriminados sin ningún tapujo por Washington como ciudadanos de segunda clase, merecen mucho más que las falsas promesas de PROMESA.
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