[OP-ED]: El aviso de 84 Lumber nos recuerda que permititmos que el temor nos invada
Estoy orgulloso de ser estadounidense. Pero hay días en que mis compatriotas no me lo facilitan.
Nos convertimos en una nación de timoratos. El Abuelito y la Abuelita estaban hechos de una fibra más resistente. Aguantaron la Gran Depresión y les quedó suficiente fuerza para luchar y vencer al mal en la Segunda Guerra Mundial.
En la actualidad, todo nos asusta. Una escuela elemental cierra sus puertas por seguridad, si alguien encuentra un maní en la cafetería. A algunos padres les gustaría encerrar a sus hijos en una burbuja.
Estoy orgulloso de ser estadounidense. Pero hay días en que mis compatriotas no me lo facilitan.
Nos convertimos en una nación de timoratos. El Abuelito y la Abuelita estaban hechos de una fibra más resistente. Aguantaron la Gran Depresión y les quedó suficiente fuerza para luchar y vencer al mal en la Segunda Guerra Mundial.
En la actualidad, todo nos asusta. Una escuela elemental cierra sus puertas por seguridad, si alguien encuentra un maní en la cafetería. A algunos padres les gustaría encerrar a sus hijos en una burbuja.
Hasta tememos los avisos del Súper Bowl. La cadena Fox tuvo miedo de sacar al aire la versión completa y sin cortes de un hermoso anuncio de 84 Lumber, sobre el viaje especial de una madre y una hija. Luchando contra los elementos, las dos llegan a la frontera mexicano-americana solo para encontrar que alguien sacó el felpudo de bienvenida. Pero, ¿está eso claro? Se encuentran con un imponente muro, aunque también hay un portón impresionante.
El anuncio es una obra de arte que logra humanizar a los inmigrantes en un momento en que la gente los demoniza.
Aún así, los directores corporativos de Fox decidieron que los espectadores no eran suficientemente maduros para manejar ese material. Después de todo, el tema de la inmigración asusta a todo el país. Siempre lo hizo.
Existe una paradoja. ¿Quién, piensa usted, está limpiando la cocina mientras nosotros vemos el partido?
“María, podría retirar estos platos ...?”
¿De qué trataba de protegernos Fox? ¿De la realidad?
Al final, la red presentó una versión más breve y segura del anuncio, que no era tan buena como la original porque cortó la mejor parte: el final. Mientras tanto, la empresa indicó a los televidentes que podían ver el anuncio completo en línea. El número de visitantes al sitio Web fue tan grande que colapsó.
Fue entonces cuando el temor llegó al personal de relaciones públicas de 84 Lumber, que pasó la noche controlando los daños. En los medios sociales, los directores corporativos afirmaron que la empresa “no aprueba la inmigración ilegal”. Un tweet describió el anuncio como “una celebración simbólica de un viaje que termina con convertirse en ciudadanos estadounidenses legales.”
Seguro, el viaje de la madre y de la hija podría acabar de esa forma. Por supuesto, también podía acabar cuando la Patrulla Fronteriza las agarra y envía de vuelta a su pueblo de México.
Ahora que más personas vieron la versión completa del anuncio, le toca a la empresa tener miedo—de una reacción, de llamadas de hostigamiento, mensajes de odio, berrinches en los programas radiales, quizás hasta un boicot realizado por los que desean una frontera cerrada, que esté de acuerdo con el estado de su mente. Todas esas cosas ponen nerviosos a los funcionarios corporativos.
En una declaración en el Wall Street Journal, la presidenta y dueña de 84 Lumber, Maggie Hardy Magerko, dijo: “Hasta el presidente Trump dijo que debe haber una ‘gran puerta hermosa en el muro para que la gente pueda ingresar legalmente en el país.’ No se trata del muro. Se trata del portón en el muro. Si la gente está dispuesta a trabajar arduamente y contribuir al mejoramiento de este país, esa puerta debe estar abierta para ellos.”
No me lo digan a mí. Díganselo a Trump, quien recientemente mostró el plumero cuando habló de reformar los programas de visas y tarjetas verdes para proteger a los trabajadores estadounidenses. En un intento por agradar a los nativistas y a los sindicatos, perseguirá a los inmigrantes legales.
Después de todo, ¿quiénes se creen que son todos esos individuos de India, China, México y otros países? ¿Cómo se atreven a crear inconvenientes para los trabajadores estadounidenses obligándolos a levantarse más temprano, moverse más rápido y trabajar más horas?
Cuando uno ve el anuncio completo, comprende por qué los estadounidenses intentan dejar fuera a los inmigrantes—por su propia supervivencia. Muchos de los recién llegados tienen cualidades que nos aterrorizan. Son mejores que nosotros, más fuertes, más optimistas, más dispuestos al sacrificio y tienen una ética laboral más feroz.
La hija en el anuncio pasa el viaje juntando tiras de papel con las que teje una versión en harapos de la bandera estadounidense. El mensaje es el siguiente: Los inmigrantes “comprenden” el sentido cabal de Estados Unidos, porque ellos lo son. El anuncio acaba con una coletilla aún más poderosa: “Siempre daremos la bienvenida al deseo de triunfar”.
Sin embargo, los estadounidenses no acogen bien a la competencia.
Así pues, el 8 de noviembre, contratamos a un protector para que cuidara nuestros intereses. Su nombre es Donald Trump.
Por ese fallo de criterio, y por permitir que el temor nos invadiera, debemos avergonzarnos.
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