Pocos hubiéramos pensado que el Sevilla todavía podía mejorar después de haber ganado tres veces seguidas (2014, 2015 y 2016) la Europa League, bajo la tutela de Unai Emery, marcando un hito en la historia del fútbol del Viejo Continente. Sin embargo, a pesar de sus muchos aciertos, Emery no pudo rebasar la primera ronda de la Champions League ni consiguió quedar entre los tres primeros equipos de La Liga.  

Cuando “El Catedrático” emigró a la capital francesa, contratado para entrenar al Paris Saint Germain, muchos analistas vislumbraron una hecatombe en la capital hispalense. ¿Cómo podría mantener el Sevilla un ritmo tan alto sin Emery? Como ha hecho siempre, el encargado de la faceta deportiva del club, Ramón Rodríguez, mejor conocido como “Monchi”, supo dar respuesta a la pregunta. Y como siempre, lo hizo de la forma más efectiva: con actos en lugar de con palabras.

“Monchi” fichó al argentino Jorge Sampaoli, un hombre que había llevado a la selección de Chile a conquistar la Copa América, pero que no tenía experiencia dirigiendo equipos en Europa, lo cual hizo que los escépticos salieran a la palestra, máxime cuando argumentaban que el nuevo mister no tenía siquiera una experiencia exitosa como jugador. Cuando la selección Argentina quedó sin entrenador, Sampaoli recibió la oferta para hacerse cargo de ella. Sin embargo, mostrando su compromiso y fe en el proyecto que acababa de abrazar, el técnico argentino declinó la petición de su federación y se quedó en Sevilla.

Otro argentino, Diego Simeone tomó las riendas del Atlético de Madrid hace cinco años para concluir con la tiranía de Real Madrid y FC Barcelona como únicos iconos del fútbol español. “El Cholo” condujo al cuadro colchonero a ganar una Copa del Rey, una Liga y en dos ocasiones lo llevó hasta las puertas de conquistar la Champions League. Ahora, en el soccer de la Madre Patria siempre se habla de tres equipos candidatos a los títulos y no solo de dos, como se hacía antes de la llegada de Simeone.

Pues la labor de Sampaoli al frente del Sevilla ha añadido un cuarto aspirante a todos los campeonatos que hay en juego. El cuadro hispalense ahora ya no se conforma “solo” con ganar la Europa League, sino que aspira a todo, tanto en la Champions League como en la propia Liga española. En la competición continental, a pesar de haber quedado encuadrado en el grupo con la Juventus, el Sevilla superó con autoridad la primera ronda. Ahora, se enfrentará en los octavos de final al Leicester inglés, en una eliminatoria en la que los hispalenses son favoritos. En la Liga, el conjunto andaluz, después de doblegar al Real Madrid en Sevilla, rompiendo la imbatibilidad de 40 partidos del cuadro merengue, marcha segundo, un punto por detrás del Real y uno por delante del Barça.

Si Simeone triunfó con un estilo de soccer al que muchos han tildado de defensivo, su compatriota ha hecho totalmente lo contrario. Sampaoli dirige un conjunto que juega de forma alegre y no duda en competir por la posesión de balón ante sus rivales, por grandes que estos puedan ser. Además, el Sevilla se ha convertido en un conjunto aguerrido, que nunca da los duelos por perdidos. El cuadro entrenado por Sampaoli ha marcado 14 goles en los últimos diez minutos de los partidos que ha disputado en La Liga, rescatando 13 puntos. De no haberlo hecho, estaría en la octava posición.

Simeone hizo famosa la frase “nunca dejes de creer” en el Atlético, pero ahora este lema casa mucho mejor con el equipo que entrena Sampaoli. ¿Un ejemplo? El último enfrentamiento contra el Real Madrid. El Sevilla perdía 0-1 a falta de cinco minutos para la conclusión del choque, pero no se rindió. Un autogol de Sergio Ramos en el 85’ y un tanto del recién fichado Jovetic, en el descuento, acabó dando el triunfo al conjunto local ante el delirio de una fiel afición que ha aprendido este año a no dejar de creer.