El país más incomprendido en los EE.UU. no es Afganistán o Irak -misteriosos para la mayoría de los americanos-, aunque nos hemos enredado allí durante años, atados en guerras prolongadas que nos cuestan miles de millones de dólares y preciosas vidas entre nuestras fuerzas armadas.

Aún más incomprendido es otro país más cercano a nosotros, ubicado más al sur de la frontera, donde una guerra perniciosa lo ha estado consumiendo durante los últimos 50 años.

En realidad, si nos llevamos por la evaluación de la historia de su propio país, ganador del Premio Nobel Gabriel García Márquez, serian ya casi 200 años.  El dijo: se han estado matando entre sí “desde la guerra por la independencia de España,” en 1819. Dando inspiración dolorosa al genio literario de Colombia quien en medio de tanto sufrimiento vino escribiendo su pieza maestra “100 años de soledad.”

Un número increíble de 32 guerras en el siglo 19, y la guerra “de los 1.000 días”, a principios del siglo 20, precedieron a la guerra civil conocida en los libros de historia como “La Violencia”, durante la cual aproximadamente 300.000 colombianos murieron en una guerra no declarada que se desencadenó en Colombia por más de 5 años a mediados del siglo 20.

“El Bogotazo”, que fue una tormenta de ira popular en Bogotá, la capital de Colombia, después de que el líder de aspecto indígena Jorge Eliércer Gaitán fuera asesinado cuando iba como el favorito para ganar la presidencia del país. Esto inició la conflagración más reciente que ha dejado 220.000 muertos y 45.000 desaparecidos (personas cuyos cuerpos nunca fueron encontrados).  También casi 8 millones de personas desplazadas de las zonas rurales, donde las balas todavía vuelan de día y noche.

Colombia es una sociedad civil que ha sido llamada la democracia más antigua de América del Sur. En virtud de una cubierta de la civilidad, y de una nación que ha sido declarada como uno de las más felices en la tierra, a causa de la actitud del pueblo, a pesar de la desesperación, una guerra no oficial está a punto de terminar oficialmente.

Estamos orando para que pase lo mejor con el valiente pueblo de Colombia y de su voluntad política para finalmente derrotar al terrible espectro de la guerra.

El noble pueblo de Colombia y quienes han sufrido con la guerra (no aquellos que se benefician de ella), siempre merecen una oportunidad más.