Obama descolla enjuiciando a indocumentados
Enjuiciamientos por delitos migratorios no graves (ofensas menores por ley) se incrementaron en 259 por ciento, y por delitos graves aumentaron 77 por ciento…
El
grueso de los así denominados "enjuiciamientos por delitos graves" (felonías)
no es a cuenta de tráfico de personas, drogas, ó armas de fuego, pero sí por el
más ominoso de todos los crímenes a ojos de la Casa Blanca y el Congreso:
"ingreso ilegal".
El celo
de Obama en la aplicación severa de la ley en inmigración se hizo posible
gracias a un considerable incremento en el número de fiscales y de agentes en
la oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) y de la Policía de
Inmigración (ICE).
Tanto
la CBP como ICE aumentaron en tamaño y nómina, 12 veces por más que la Policía
Antidrogas DEA, y 6 veces más que la oficina de Control de Armas y Explosivos.
Esta
guerra contra la inmigración desafortunadamente se produce a costa de no
combatir otros crímenes al parecer menos importantes como los asesinatos, y de
otras responsabilidades federales, entre ellas: "tráfico humano, aplicación de
derechos civiles y leyes contra la discriminación laboral, el aseguramiento de
la calidad y abastecimiento de alimentos y fármacos, los riesgos de trabajo y
minería, y el combate de casos grave contaminación ambiental" según el reporte
del centro de datos judiciales TRAC de la Syracuse University, publicado en
Febrero del 2011.
La
fiebre persecutoria en inmigración de Obama carece de equidad y justicia.
Cuando
el gobierno federal trató como "delito agravado" y supuesto "tráfico de drogas"
la mera posesión de una (1) tableta de Xanax sin prescripción, la Corte Suprema
cuestionó el empleo del gobierno de interpretaciones legales "no ortodoxas" y
"nada intuitivas" en el caso Carachuri-Rosendo v Holder Attorney General.
La
Corte Suprema se mostraba incrédula respecto a un gobierno incapaz de
distinguir una infracción menor de un crimen serio (felonía) típicamente
agravado "por circunstancias tales como el uso de violencia, la presencia de un
arma letal, ó la intención de cometer otro crimen", todas estas agravantes
están ausentes de la gran mayoría de casos de inmigración indocumentada.
"Debemos
tener mucha desconfianza respecto a la posición del gobierno" afirmó la Corte
Suprema expresando su franca decepción con el gobierno federal incluso por la
distorsión del idioma inglés con el propósito de enjuiciar y remover incluso a
inmigrantes residentes legales.
Una
administración resuelta en manejar la inmigración a punta de represión policíaca,
sin deseos ó incapaz de dar más importancia a crímenes graves antes que
obsesionarse con la inmigración indocumentada es ya vista con desconfianza por
la Corte Suprema, por los hispanos, y por la comunidad inmigrante en general.
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