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Los niños no son objetos sexuales

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Ignorantes. Vanos. Irrespetuosos. Negligentes. Estos son algunos de los rasgos de los que no sólo aceptan, sino que aprueban, financian y promueven la sexualización de niños muy pequeños. 

Si eso suena un poco severo, ¿de qué otra manera se puede describir a los padres que sexualizan a sus pequeños? 

Sí, son bebés. 

Imaginen mi desagrado —tras haber escrito anteriormente cómo los adultos proyectan identidades sexuales sobre niños pequeños mediante concursos de belleza para niños de entre uno y dos años y medio de edad, ropa sexy para niños de Jardín de Infantes y ropa interior de estilo francés para niños de 4 años— cuando encontré ropa sexualizada para recién nacidos. 

En las noticias de este mes se reportó la historia de un grupo de padres en Mississippi, que se quejó a su estación local de TV cuando encontró enterizos para bebés con el dibujo del busto de una mujer de cintura estrecha usando una bikini a lunares. 

¿Significa ese frívolo artículo el fin del mundo? Por supuesto que no, pero ése es el mismo argumento que presentan los que piensan que esta novedad es totalmente inocua, para defender lo indefendible. 

Y el enterizo con la bikini es una de las piezas más suaves que se pueden encontrar en Internet. CafePress, un sitio que vende ropa de encargo, tiene un enterizo para niños pequeños con la inscripción "Enterizo para bebé striptisera" y lleva dos estrellas con borlas donde van los pezones del bebé. Hay otro que muestra un arco iris y dice "No soy gay". No quiero describir los mensajes en torno a la excitación sexual, la cultura padrote, los juguetes sexuales y los depredadores sexuales. 

Estas son cosas supuestamente graciosas para los estúpidos padres que escogen vestir a sus bebés con estos carteles que anuncian disfunción familiar. 

Pero quizás ustedes ya han observado esta tendencia de sexualizar a los bebés. Tal vez han recorrido su timeline en Facebook y se han encontrado con la inocente foto de un precioso bebé, a la que se le ha agregado el pie, "sexy" o "está buena". 

Si pensaron que ésa era una excepción a la regla, se equivocan. Parece ser un tema de discusión candente en los blogs de bebés. Afortunadamente, sobre la base de lo que he visto, el número de padres que detestan que la gente se refiera a sus niños de esa manera es mucho mayor que los que creen que "sexy" es lo mismo que "hermoso". Aunque, lo que es preocupante, algunos padres admiten calificar a sus niños así, como un cumplido, para que se sientan mayores. 

¿Hay una epidemia de gente que llama a sus bebés y niños pequeños "sexy" o que los viste en forma completamente inapropiada? No. Pero veremos qué sucede con el tiempo. 

Como he dicho antes, estas tendencias surgen porque hay dinero de por medio en la venta de esas prendas novedosas. En este caso, se aprovecharán de individuos brutos, que están dispuestos a degradar a sus inocentes hijos para obtener una carcajada barata de otro adulto. 

Pero consideremos a dónde conducen la sexualización de los niños pequeños —y otras tendencias, como vestir a niñas de dos años con zapatos de tacones altos y otra ropa para adultos. En un estudio, investigadores de Knox College en Galesburg, Illinois, encontraron que las niñas entre 6 y 9 años de edad ya valoran la apariencia sexy. Las niñas dividieron un número de muñecas en grupos que indicaban a quién querían parecerse ellas y quién sería más popular en la escuela, y demostraron una aplastante preferencia por las muñecas de apariencia sexy, vestidas con ropa ajustada y reveladora. 

¿El motivo? Los medios que glorifican las imágenes sumamente sexualizadas —y los padres, maestros y pares que consumen, aprueban, emulan y alientan dichas imágenes. 

Tal como lo expresó Melissa Wardy, una madre activista que intenta "redefinir la feminidad" por medio del sitio Web pigtailpals.com, en una reciente charla en Twitter, "La sexualización de las niñas pequeñas y de las mujeres jóvenes se ha convertido en música de ascensor para la vida cultural estadounidense. Ya es hora de cambiar de melodía". 

El salto de los bebés que se crían oyendo llamarlos sexy a los niños de 6 años que sienten la necesidad de ser objetos sexuales para obtener la aprobación de los adultos, es rápido y terriblemente inquietante. Lo que significa que nosotros, a quienes nos importa, debemos denunciarlo: "Si ve algo, diga algo".