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EFE/Michael Nelson

Lección de Maryland: cómo evitar lo totalmente evitable

Sea cual sea su receta para la resaca democrática después de las elecciones, los resultados del martes 4 de noviembre evidencia que cualquier demócrata a…

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Aquí en Maryland, el polvo ya casi se ha asentado. La montaña de análisis post-electoral acrecienta rápidamente, y dentro de esa montaña, todo el mundo puede encontrar algo que legitímese su observación de el porque de la impresionante derrota del vicegobernador Anthony Brown ante el republicano Larry Hogan; históricamente los demócratas suelen tener peores resultados en las elecciones de mediados de términos presidenciales, su estrategia de campaña se basó demasiado en ataques a su rival, una ola republicana a nivel nacional se derramó también en nuestro estado, y la lista puede continuar. Sea cual sea su receta para la resaca democrática después de las elecciones, los resultados del martes 4 de noviembre evidencia que aquí, en Maryland, cualquier demócrata a postularse para un cargo estatal ya no puede darse el lujo de ver a la base de votantes demócratas como una gran masa, ningún segmento de esta base demócrata de nuestro estado esta "en la bolsa ", y mucho menos, ningún solo voto puede ser una idea de último momento.

El electorado demócrata de nuestro estado no es una entidad monolítica. Al contrario, es una coalición mucho más matizada, compleja y segmentada, cada parte con su propia agenda, que cuando se impulsa, cuando se le da un puesto en la mesa de decisiones, cuando se le invierte, ejerce su voto con entusiasmo y en suma cantidad. Todos sabemos de la asombrosa e igualmente histórica elección de Obama en el 2008. Su fuerte impulso para la participación de los jóvenes y minorías en las elecciones de ese año fue como él entró a la Oficina Oval. Fue lo que le hizo sobrepasar una de las mas grandes rivales en la política contemporánea estadounidense, Hillary Clinton. Aquí en Maryland, 1,6 millones de demócratas alinearon los centros de votación al rededor del estado para asegurar su victoria. En el 2010, la misma estrategia especialmente centrada en los votantes jóvenes y las minorías le dieron a el gobernador O'Malley más de un millón de votos demócratas ese año para su reelección, ese año también fue una elección de mitad de período presidencial. Un político en reelección moviendo más de un millón de votos en una elección de mitad de período presidencial? No era sólo un movimiento, fue una aplastante e impresionante ventaja de 14 puntos porcentuales sobre su rival, el ex gobernador republicano Robert Ehrlich.

Adelántese dos años después, al 2012, el mismo impulso de cuatro años atrás, mas su compromiso a inspirar a todos los diferentes segmentos  del partido demócrata, ayudaron a Obama a romper aún más votos la segunda vez, para su reelección, con más de 1,6 millones de votos aquí en Maryland para las elecciones generales. A pesar de que un gobernador no estaba siendo elegido aquí en Maryland, ese año, el partido demócrata del estado movió a cientos de miles de votantes, muchos de ellos minorías, a votar por un presidente y por los referendos estatales como la Ley del Sueño para estudiantes inmigrantes, y el matrimonio homosexual, entre otros. Se le llamo en ese entonces, un referendo sobre las prioridades legislativas de O'Malley. Con descomunales mayorías, todos los referendos fueron aprobadas. Avance a dos años más tarde, a este ciclo electoral, y en mi opinión, precisamente la falta de impulso a estos votantes, la falta de compromiso de incluir a las minorías y la falta de propósito hacia estos segmentos del partido, fueron el porque de los resultados del 4 de noviembre. De ahí, que los demócratas usualmente tienen malos resultados en elecciones de mediados de término presidencial, esa teoría, no es suficiente para explicar lo que acaba de suceder en Maryland, ni siquiera parece justo etiquetar a estos demócratas como un electorado pasivo.

Pero hay que juzgar manzanas con manzanas, y no con naranjas, y vamos a centrarnos en las dos elecciones de mediado de término presidencial, las de este año con las del 2010. No puedo dejar de contrastar nuestra experiencia del 2010, cuando reelegimos al gobernador O'Malley, y la de este año, donde en condados tan sólidamente demócratas como los son Montgomery y Prince George’s, se vio un rendimiento bastante inferior de estos votantes. Quiero enfocarme en una parte específica de nuestra coalición demócrata, en los latinos.

Según el Centro de Investigación Pew Hispanic, Maryland es el hogar de la cuarta mayor población de votantes latinos, por porcentaje, en todo el país. Es por eso que ganamos un distrito de mayoría latina después del Censo del 2010. En los condados de "bajo rendimiento" aumentamos el número de latinos en la Asamblea Estatal; Will Campos, en el distrito 47B del condado de Prince George’s (en una carrera sin oposición), y Marice Morales en el condado de Montgomery. Ellos se unen al senador estatal Víctor Ramírez, y los delegados Ana Sol Gutiérrez, Joseline Peña-Melnyk, y David Fraser Hidalgo. Deni Taveras entro al Consejo del condado de Prince George al derrotar al Delegado Doyle Neimann, con solo seis votos de diferencia, después del recuento. Todas estas personas son una parte importante de las identidades y narrativas políticas en ambos condados. Ambos condados se definen por su diversidad; es en parte la razón de su fuerza demócrata.

Entonces, ¿qué pasó anoche? ¿Por qué el candidato de Prince George, con el nivel más alto de reconocimiento por nombre por haber servido ocho años como segundo al mando en una de las administraciones demócratas más populares de los últimos veinte años, pierde en un estado donde el numero de votantes demócratas supera al numero de republicanos por un margen de más de 2 a 1? ¿Por qué su condado natal mostró un desempeño inferior en conseguir que los votantes salieran a votar? Tales resultados sólo se pueden explicar, en mi opinión, por las acciones de un candidato que aun cree que seguimos siendo una masa colectiva, invariable, que se mueve sólo por afiliación y lealtad. Los latinos, un componente principal de los votantes de ambos condados de Montgomery y Prince George’s, y por lo tanto uno de los principales segmentos de ese rompecabezas demócrata, no salieron a votar. No se hizo un impulso de parte de esa campaña para incluirlos en la decisión del futuro del estado, no hubo tiempo en los medios hispanos, ni en la radio ni mucho menos en televisión, dedicado a hablar con ellos. A pesar de una gran cantidad de razones que existen para que los latinos salgan a votar para continuar con la agenda demócrata de O'Malley, el esfuerzo minúsculo hecho por la campaña del vicegobernador resultó insuficiente en una contienda donde los latinos podrían haber movido al menos entre cuatro y seis puntos porcentuales, y hay que recordar que el vicegobernador perdió la elección por cinco puntos porcentuales. ¿Cuál fue la inversión realizada para llegar a ellos por el Partido Demócrata? Todavía estoy buscando cualquier señal de ello.

Hagamos un retroceso de nuevo al 2010, cuando el entonces candidato a la reelección, el gobernador Martin O'Malley hizo una llamada real y entusiasta para la participación del electorado latino. Encargó al Partido Demócrata a actuar, no sólo hablar, para alcanzar a todas las diversas partes del estado, implemento los Consejos de Liderazgos dentro del partido, como eran llamados, uno para enlazar cada voto étnico; el latino, el asiático, el afroamericano, y así mejorar y complementar sus esfuerzos paralelos de alcance a toda la coalición demócrata. El Gobernador O'Malley entendió, y aún lo sabe, que los demócratas tienen intereses y agendas diferentes, cada segmento con un apetito grande por ser incluido en la mesa de decisiones. En el 2010, cuando su oponente, el ex gobernador republicano Robert Ehrlich, hizo un llamado de apoyo a sus votantes basado en denigrar a los votantes latinos y otros inmigrantes del estado como "ilegales para O'Malley", el gobernador demócrata se abalanzó a la oportunidad dada, y sin duda alguna redoblo su esfuerzo en llegar a estos votantes étnicos y demostrar que "nuestra diversidad es nuestra gran fuerza", que fue el lema de su campaña.

Y fue bastante recompensado. Tanto los votantes de Montgomery como los votantes del condado de Prince George’s salieron en gran cantidad, como si fuera una elección general de Obama. Las promesas de campaña hechas en ese entonces, fueron cumplidas antes del 2012, así agradeciendo y manteniendo enlazado a estos constituyentes. Añada por encima de eso, los logros de los últimos dos años; la ley de la licencias de conducir para los residentes inmigrantes, la adopción estrecha del Programa Federal de Comunidades Seguras, y más recientemente, la atención al tema de los niños inmigrantes en la frontera que huyen de Centroamérica, y terminas con mucho material para que un candidato minoría, hijo de padres inmigrantes, con potencial a hacer historia como el primer gobernador Afroamericano del estado, corra y obtenga el apoyo inmenso de los votantes latinos del estado. Tenía simplemente que apuntar a los esfuerzos y logros alcanzados por la administración de la cual el es parte, para conquistar a esos votantes. Aun estoy buscando las molestias tomadas para hablar con nosotros los latinos.

Así que hay que hacer una lección de todo esto. Para todos mis futuros candidatos demócratas que apunten a alcanzar la silla al mando del estado; incluso cuando las probabilidades están muy en su favor, la implementación de un programa único para todos como estrategia, que no considere las subdivisiones étnicas de nuestro partido, sólo los llevara al fracaso. Fue nuestra lección principal para los que sentaron su apoyo con Hillary en el 2008, fue la lección que le enseñamos a Ehrlich en el 2010, y tuvimos tanto insultos como referendos sobre nuestra diversidad que maravillosamente se mostró en el 2012 que cuando se nos respeta, incluye, cuando somos un interés, los resultados son contundentes y bastante claros a favor. Ganara cuando se den cuenta que conquistar los corazones de cada uno de los grupos políticos dentro de lo que llamamos nuestro partido Demócrata es esencial para obtener las masas que ha conseguido Obama a nivel nacional, y que ha conseguido O’Malley a nivel estatal. Cada uno de nosotros merecemos un lugar en la mesa. Las campañas negativas por sí solas, solo rinden lo que paso en esta ultima elección. Nuestra base demócrata no se mueve, si no se da participación, si no se incluye y se desarrolla un enlace con inversión, para que todos juntos podamos liderar el futuro de nuestro estado.