(Lea versión en inglés / Read English version: 'Exemplary Latinos' Are Invisible in Today's Philly)

Por ejemplo tomemos a Francisco Miranda, cuya estatua está en el Franklin Parkway.

Caminamos por allí, indiferentes al héroe latinoamericano vertido en piedra. Él, por su parte, petrificado en el pasado, está a punto de desenvainar su espada, pero no puede hacer mucho para decirnos una sílaba de todo lo que fue.

Él es uno de los "Latinos Ejemplares" que nadie sabe por qué la ciudad les honró, en particular a este revolucionario latinoamericano a quien Filadelfia le irguió una estatua en medio de "Los Campos Elíseos" de Filadelfia.

Miranda es un auténtico pionero que imaginó la independencia para Latinoamérica mucho más temprano de lo que lo hicieron otros próceres mejor conocidos, como Simón Bolívar, "El Libertador", y el Liberador del Sur, el General José de San Martín.

Se dice que Miranda llegó a Filadelfia durante los convulsos tiempos de la Declaración de Independencia, cerca de 1776, y se hizo conocido de los Padres de la Patria en Norteamérica antes de partir, siguiendo su espíritu aventurero, para Francia a convertirse allí en una protagonista de la Revolución Francesa, más o menos una década después.

De hecho su nombre es el único nombre de un Latino Américano inscrito en el Arco del Triunfo que conmemora la famosa Revolución Francesa de 1789. Miranda, sin embargo, es un perfecto extraño allí, como lo es aquí y quizá en el resto del mundo, con la excepción de su natal Venezuela.

Aquí en Filadelfia este héroe fue momentáneamente honrado, en lo que seguramente fue una simple ceremonia diplomática con el gobierno de nuestra ciudad que, muy posiblemente, se comenzó a olvidar urgentemente apenas la misma terminó.

Francisco Miranda, sin embargo, es una figura gigantesca de la lucha de Independencia en las Américas, con un corazón tan amplio que se fue de Filadelfia a París a ganar su rango como oficial en el Ejército Revolucionario Francés y, después del triunfo, sobrevivió un juicio en su contra cuando el nuevo gobierno, después de decapitar a Luis XVI, comenzó a devorarse a sus mismos hijos….

Por supuesto Miranda hablaba francés, español, inglés y Dios solo sabe si también ruso, pues visitó también la Corte de la Zarina Caterina, en Moscú. Amaba la vida, a las mujeres, especialmente aquellas con la atribuciones de la belleza, y los fatalismos del poder terrenal….

La próxima vez que Ud pase por el Parkway deténgase y mire a su regia figura. Deténganse en la misteriosa expresión de su rostro.

También en su rápido brazo derecho ya empuñando la espada, lista a salir completa de su vaina a cazar su próxima pelea….

Hernán Guaracao es el fundador, editor y CEO de AL DÍA.