Las promesas de un traidor
Moreno continúa a sacrificar las necesidades de la gente.
Si algo quedó claro en Ecuador las últimas dos semanas es que Lenín Moreno, su presidente, no es santo de la devoción del pueblo. Dispuesto a masacrar a sus propios compatriotas para congraciarse con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la palabra de Moreno no vale nada. No puede ni debe confiarse en él, después de todo, un traidor siempre es un traidor.
Y un traidor es exactamente lo que es Moreno. El hombre solo pudo llegar al Palacio presidencial de Carondelet hace dos años montado sobre la popularidad de su predecesor, Rafael Correa, gracias a sus promesas de continuar el programa de la revolución popular de Correa. Sin embargo, apenas asumió la presidencia, Moreno no solo traicionó a Correa, sino también las aspiraciones y sueños de la mayoría de los ecuatorianos que votaron por él. El hombre con el nombre irónico –Lenín, nada menos– no es más que un títere del FMI, Washington y los miembros más corruptos y despreciables de la oligarquía ecuatoriana.
En realidad, la venganza ya comenzó contra sus oponentes políticos. Paola Pabón, alcaldesa de Pichincha y una de los líderes opositoras más populares y respetadas, fue arrestada ilegal y violentamente. Sucedió el día después de que se suspendieran las protestas antigubernamentales cuando Moreno anunció la cancelación del decreto 883 que eliminaba los subsidios a la gasolina y la sospechosa creación de uno nuevo.
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El anuncio se produjo después de las negociaciones televisadas entre el gobierno y grupos indígenas el domingo. Al menos siete personas murieron en las protestas y otras 2.000 fueron arrestadas o heridas. Pabón está siendo acusada de "promover la violencia".
"Hoy entraron a mi casa al amanecer y golpearon la puerta mientras yo dormía", dijo Pabón en Facebook. “Me detuvieron sin pruebas. Estar en la oposición en una democracia no puede ser un crimen. No es una democracia cuando los opositores políticos son perseguidos de esta manera”.
No, no es una democracia, pero como no está sucediendo en Venezuela o Cuba, los Estados Unidos, la OEA. y la mayoría de los principales medios de comunicación se hacen de la vista gorda.
Las protestas en Ecuador pueden haberse detenido por el momento, pero el abuso de poder y la explotación de la gente por parte de Moreno y la banda de ladrones y vendidos que lo manipulan y lo rodean no lo han hecho. La raíz del problema va mucho más allá del decreto 883 y hasta que Moreno se vaya, la persecución política se detenga y las necesidades de la gente se coloquen antes que las exigencias del FMI, toda solución aparente será una farsa. Quien confíe en las palabras de Moreno lo hace a su propio riesgo. z
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