Desde los comienzos de marzo del 2020, nuestras vidas han cambiado totalmente.

Fue entonces que algunos de nosotros decidimos aislarnos por el mayor tiempo posible para evitar el COVID19. Siendo una persona jubilada, y con condiciones preexistentes, no fue una decisión muy difícil para mí. Sin embargo, para el resto de la comunidad sí lo fue. Los trabajadores esenciales, los de primeros auxilios, y aquellos con dependientes en su entorno familiar, encontraron una decisión mucho más difícil: trabajar y arriesgar una infección o enfrentar un desastre económico. Y esta realidad, que incluye esas dos opciones tan poco deseables, es la que confrontan aquellos que no han perdido su trabajo y todavía tienen acceso, a través de su empleo, a un seguro de salud. 

Pero, ¿qué tal de aquellos que no tienen seguro de salud?

Y es así que vemos cómo el COVID19 nos revela la injusticia de nuestro sistema de salud según ha sido modificado por esta administración. De acuerdo al Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) es despampanante que los latinx’s tengan una tasa de hospitalización cuatro veces mayor que la de los blancos no hispanos.

Nuestro sistema de salud y su respuesta al COVID19 debía ser mucho mejor.

¿Cómo es que el país más poderoso del mundo, el más rico del planeta, el país con la mayor cantidad de premios Nobel en ciencia y con el sistema de investigación científica más avanzado del mundo, no puede adquirir control de una pandemia que ha matado a más de 140,000 y contando, y que también ha infectado a más de 3,000,000 de americanos en menos de seis meses?

La rapidez con la cual esta enfermedad está descontrolándose es mayor que la de un relámpago. Y no es que esta pandemia no se pueda controlar. Hemos observado con horror como la pandemia se regó por Italia y ahora está bajo control. Al primer indicio de un descontrol de esta enfermedad en Corea del Sur, los coreanos tomaron los pasos necesarios y ahora está bajo control. Según el país de Corea del Sur se ha reabierto han surgido brotes. Sin embargo, ellos han tomado inmediatamente los pasos necesarios y se ha controlado. 

La ausencia de liderazgo que hemos visto en este gobierno constituye un ejemplo de cómo no bregar con una pandemia. 

Desde enero 27, en un editorial del USA Today, Biden afirmó inequívocamente que él seguiría las pautas de la ciencia en el confortamiento de lo que hoy sabemos son los primeros síntomas de una pandemia incipiente. Subsecuentemente, Biden ha propuesto un programa nacional y detallado de pruebas gratuitas de COVID19 para toda la población, complementado con un programa de rastreo dedicado exclusivamente a los casos de COVID19, sus contactos y su progreso. Cuando este plan se reveló en junio, se pensaba que era un buen programa, pero que no sería necesario. Ciertamente, los casos de COVID19 iban a estar bajo control para enero del 2021.

La realidad fue algo muy diferente. Obviamente, si Biden es electo presidente, sabemos ahora que él estará preparado desde el primer día de su presidencia.

Además, el plan de salud de Biden hará más para asegurar que las personas de ingresos bajo tengan un plan de salud. Ya sea que estemos cubiertos a través de un patrono, que compremos nuestro propio plan, o que estemos sin cubierta, el plan de Biden nos dará la opción de comprar un sistema de salud público similar al de Medicare. Así como lo es en Medicare, la opción pública de Biden reducirá los costos por paciente pues negociará precios más bajos con los hospitales y otros proveedores de servicio de salud. Por lo tanto, este enfoque en una opción pública asegurará un mejor cuido de salud para nuestras comunidades. 

Ya sea por la malicia o por incompetencia del Presidente Trump, el COVID19 está devastando a la comunidad latinx. Por eso cuando llegue noviembre, vota como si tu vida dependiera de ese voto. Esta vez, tu vida si depende de ese voto.