El Día de Reyes es la fiesta de la reconciliación para iniciar el año
en paz consigo mismo, con la familia, amigos y extraños. "Mi casa es tu casa"
es una expresión empapada de afecto, la esencia misma de la hospitalidad
mexicana. Implica reconciliar las diferencias: una liberación gozosa de las
profundas emociones que evoca la buena voluntad hacia uno y hacia todos, en el
círculo de la armonía representado por la rosca de pan.  El compartir el pan con propios y
ajenos es una de las características más representativas del pueblo mexicano.

Nuestras tradicionales Roscas de Reyes han tenido tremendo éxito como
artículo de exportación. Las antiguas recetas mexicanas de las abuelas con
algunos ingredientes nuevos para preservar y prolongar la vida del producto en
el mercado internacional, han recibido estupenda acogida. Cada año las Roscas
de Reyes adoptan aspectos más sofisticados y añaden una variedad de sabrosos
ingredientes. La preocupación por el control de calidad, y la presentación del
producto para mercados internacionales no debe justificar el que hayamos
olvidado exportar el significado de nuestra bella tradición mexicana.

Melchor, Gaspar y Baltasar, los Reyes Magos de Oriente, siguieron la
estrella que los conduciría al lugar donde había nacido el Mesías. Jamás
imaginaron que los llevaría a un establo de Belén.  Las ofrendas de oro, incienso y mirra que los Reyes
depositaron a los pies del niño Jesús estaban fuera de lugar: eran aptas sólo
para un príncipe de la Tierra.  En
su sabiduría intuyeron  que el reino
de Dios jamás sería de poder ni de materia, sino una realidad espiritual que
desencadenaría para siempre la buena voluntad entre los hombres.

Advirtieron que Dios se hacía presente en el silencio en medio de una
sencillez enternecedora.  Se
dejaron cautivar irremediablemente por aquella escena que por ser tan humana,
era realmente divina. El recién nacido estaba ubicado en el centro natural del
universo en comunión perfecta con su entorno: había escogido para nacer un
lugar abierto en el cual participaran todos los elementos de la creación. El
firmamento infinito representado por la estrella era símbolo de trascendencia:
una vida aún más hermosa después de ésta. En la amorosa mirada con la que José
y María envolvían a Jesús niño se advertía la capacidad de amar, facultad por
excelencia de la humanidad. La fidelidad de las criaturas de la Tierra estaba
representada por los animales que rodeaban al recién nacido.

Para los Reyes Magos, máximos representantes de la ciencia de su
tiempo, el cuerpo desnudo del Niño, despojado de toda soberbia, iluminado por
los astros y calentado por las criaturas de la Tierra que rodeaban el pesebre,
representaba la fuerza poderosa para vivir en armonía.  En el alma de todos los seres humanos
de todas las razas y de todos los tiempos reside el enorme poder de la fe, de
la esperanza, y del amor.

Es importante conservar nuestras tradiciones para que cada generación
descubra los valores que han sustentado al pueblo mexicano a través de su
historia. La Rosca de Reyes es y ha sido una invitación a una nueva manera de
ser y de estar en el mundo,  de
relacionarse y comunicar el amor.

En la antropología de base la reconciliación individual y colectiva es
la esencia de nuestra cultura así como la progresiva armonización de las
diferentes culturas con las cuales interactúa: "Mi casa es tu casa". La Rosca
de Reyes presenta una visión cosmológica de solidaridad. Los sueños de
esperanza nacen de la riqueza extraordinaria de la pequeña galaxia presente en
cada uno de los habitantes de la Tierra, y su capacidad de compartir en armonía
sus dones con los demás seres.

Las deliciosas Roscas de Reyes empacadas con celo profesional destinadas
al consumo internacional pregonan al mundo la creatividad de la cocina
mexicana.  Sin embargo, además de
la harina y las especies, es menester imprimir en la portada el principal
ingrediente: el significado de tan bella tradición.

La Rosca de Reyes representa el círculo infinito de amor que une a
todas las criaturas de la Tierra entre sí, y a éstas con el Creador del
universo.

betrevino@prodigy.net.mx