¿Cuánto vale un dólar hoy? Nada.

El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, sugiere que el nuevo estándar financiero debe ser… el precio del oro.

Luego de cuatro décadas de fe en el sistema monetario internacional, el dinero no vale nada y nuevamente el oro es considerado la única medida de valor económico, por ello tenemos hoy la nueva fiebre del oro.

Con un ingreso medio por hogar de $50.211 en el 2009, los estadounidenses podrían sólo comprar 36 onzas de oro.  Para comprar una onza troy  o 31 gramos de oro hoy se necesitan aproximadamente $1.400 dólares, eso cuesta cada monedita de 'American Eagles' y 'Krugerrand" sudafricanos.

Desde que la recesión golpeó la economía de Estados Unidos a fines del 2007, el costo del oro se incrementó el 91 por ciento.  Los primeros en vender su míseras reservas de oro son los pobres y desesperados, los que a cambio de una pocos cientos de dólares no tienen más que ofrecer que su mano de obra barata.

Estos son "tiempos de angustia" según los describió esta semana el New York Times.  Invertir en oro u otras mercancías de valor –"commodities" en inglés- como trigo, cobre y algodón, parece ser la única forma de protegerse.

Pero, una advertencia, "invertir" es algo que pocos ciudadanos comunes pueden darse el lujo de hacer.  Luego de cubrir necesidades básicas, hay que preguntarse si algún dinero queda, asumiendo incluso que aún se tiene un trabajo.

Como ya no hay esperanza de contar con una política de reactivación económica que dirija inversión en infraestructura pública –carreteras, puentes, red eléctrica- una medida desesperada es valerse de lo poco que queda, la política monetaria. Eso es precisamente lo que hizo la Reserva Federal, incrementará en los meses siguientes un flujo de $600 mil millones de dólares a la economía, imprimiendo mero papel.

Las elecciones de medio término confirman que no podemos esperar ningún consenso para reactivar la economía, todo el enfoque está en mantener los recortes de impuestos a los acaudalados y aplicar recortes presupuestarios que afecten no solo a la innecesaria burocracia con sus excesivos beneficios, sino recortando servicios necesarios como los que brindan los maestros, la policía y los bomberos, y también arrebatando la seguridad social a aquellos de nuestros jubilados que ya se la habían ganado.

Cuando la gente no tiene pan, los políticos le ofrecen circo.  Qué mejor que desfilar a inmigrantes arrestados y deportarlos.  Y qué mejor que entretener horrorizando a la ciudadanía pintando a los inmigrantes indocumentados cual si fueran "criminales por definición".

La verdad que es que la inmigración indocumentada seguirá menguando gracias a que los Estados Unidos ya no puede darse el lujo de engatusarla con un dólar que ya no es poderoso pero desahuciado.