La evolución de la saga del Senador Bob Menéndez
Es difícil observar la vida pública del Senador Robert Menéndez (Distrito de Nueva Jersey) hoy en día y no pensar que, en sus últimos años, se ha llegado a…
Es difícil observar la vida pública del Senador Robert Menéndez (Distrito de Nueva Jersey) hoy en día y no pensar que, en sus últimos años, se ha llegado a parecer a una de los novelas de Gabriel García Márquez. Las historias que han circulado sobre él han sido lascivas (las acusaciones desacreditadas en cuanto a que solicitó los servicios de prostitutas mientras estuvo en República Dominicana) y están plagadas de acusaciones de tipo tráfico de influencias y corrupción desde hace tiempo estereotipados por los anglos como particularmente latinoamericanas.
Según CNN, el Departamento de Justicia está preparándose para presentar cargos penales de corrupción contra el senador que surgen a raíz de su relación con un donante y amigo, el oftalmólogo de Florida Salomon Melgen, en cuyos intereses comerciales Menéndez es acusado de haber influido a cambio de obsequios. Por su parte, Menéndez dice que “siempre se ha comportado de forma correcta y de conformidad con la ley”, y que él no irá a ninguna parte. Mientras tanto, según el L.A. Times, un vocero del departamento de justicia ha dicho que no hay probabilidad de acusaciones “en el futuro cercano” y el procurador general Eric Holder se ha negado a comentar.
El anunció del 6 de marzo por parte de CNN sobre la posibilidad de las acusaciones, fue seguido por un circo mediático. Además de las fuentes noticieras creíbles que han confiado en el informe de CNN, los sitios noticieros con agendas claras se han unido con regocijo para cuidar sus propios intereses. El ultra conservador Breitbart News, por ejemplo, ha dado mucha importancia al hecho que la “posible acusación se da después de que el demócrata Menéndez discrepó con el gobierno de Obama sobre dos temas de alto perfil: su política con Cuba y su política con Irán”, a pesar de sus esfuerzos de larga duración por desacreditar a Menéndez por todo desde su apoyo a los inmigrantes hasta su amistad con Melgen. Righwingnew.com es aún más directo en cuanto a su agenda, caracterizando las posibles acusaciones como la “venganza de Obama”.
GotNews, que se describe como una fuente noticiera independiente que valientemente refuta el sesgo mediático liberal, ha publicado un análisis de vídeo de Charles C. Johnson que da a entender que las acusaciones contra Menéndez surgen de su propia investigación exhaustiva. En un sub trama digno de Márquez, Johnson se coloca él mismo en el vídeo de GotNews como un hispanohablante (aunque penosamente pronuncia muy mal la palabra en español —cédula— que incluye en su informe), e intenta reafirmar su buena fe como periodista al referirse a otra de sus historias sobre el senador de Nueva Jersey, Cory Booker, pero al final de cuentas revela que ha trabajado para Steve Lonegan, un republicano de Nueva Jersey, quien tiene la distinción dudosa de haber perdido la contienda para escaños tanto del Senado como de la Cámara de Representantes en el 2013. De hecho, a eso del minuto 14:28 del vídeo, Johnson inicia lo que representa un anuncio a favor de Lonegan mientras supuestamente considera quién debería reemplazar a Menéndez si fuera despojado de su escaño en el senado.
A pesar de los anuncios e intentos de “te pillé” de los conservadores, ahora es imposible ver a Menéndez, el latino de más alto rango en el Senado, sin recordar la narración ardiente de sexo y abusos de poder tropicales que le han sido atribuidos. Aun si las más recientes supuestas acusaciones nunca se presenten en su contra, aun cuando sean desestimadas (como lo fueron las acusaciones de que solicitó los servicios de prostitutas), el daño ocasionado será difícil de superar.
Y no sólo en cuanto a Menéndez mismo. “Creo que la gente repara en los oficiales de color con doble severidad”, dijo Jumaane D. Williams, un consejal de la ciudad de Nueva York en un artículo del New York Times publicado en junio de 2013, después que funcionarios públicos latinos y afroamericanos en la cuidad fueron acusados de corrupción. “Y la censura el triple”, agregó Williams. Para los políticos latinos en particular, esa mirada llega con una noción predeterminada de censura cultura: busque la frase “corrupción política latina en los EE.UU.” y encontrará un resultado tras otro de corrupción en los países latinoamericanos. Sin tomar en cuenta el algoritmo de la búsqueda (¿por qué ignora el enunciado de búsqueda de los Estados Unidos?) esa es una carga pesada de estereotipo en formación, particularmente en un momento en el que la retórica contra la inmigración con frecuencia incluye acusaciones de que los latinos convierten a los Estados Unidos en “países tercermundistas”. Es una carga especialmente pesada para un político como Menéndez –un cubano americano, un miembro prominente del Comité del Senado sobre las Relaciones Exteriores, con amigos y donantes latinos – quien con frecuencia ha abordado tanto a sus votantes de Nueva Jersey como a la nación tanto en inglés como en español impecable. Su mismo orgullo en cuanto a su identidad Latina quizá sea la acusación más grande que Menéndez tenga en su contra ante la opinión pública.
El próximo par de semanas revelarán si el Departamento de Justicia realmente presentará acusaciones contra el senador.
Si lo hace, entonces veremos si la narrativa que rodea a Menéndez es verdadera, o si es una fantasía de estereotipo y cosquilleo político. Seguramente no es una saga suficientemente grande como para ser los Cien Años de Soldad de Márquez, pero sí tan íntima y pueblerinamente desagradable como La Mala Hora del Colombiano ganador del Premio Nobel. Aquí nos volveremos a reunir para comentar cuando sepamos con seguridad cuál de estas es.
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