Donald Trump, a quien por fin Marco Rubio y Ted Cruz golpearon duramente en el debate republicano del jueves pasado, ha dicho muchas estupideces desde que anunció sus ambiciones presidenciales. Pero ninguna es tan ridícula como su plan de deportar 11 millones de inmigrantes indocumentados.

Es ridícula no solo porque no pasa de ser un sueño imposible de racistas y xenófobos, sino porque si por algún milagro perverso  se llevara a cabo, el costo sería poco menos que inimaginable. El multimillonario, quien pese a sus cuatro bancarrotas continúa vendiéndose como un genio de las finanzas, tiene mucho que aprender sobre la realidad económica de tal plan.

Como Fusion TV ha reportado,  los contribuyentes enfrentarían una cuenta de $285.000 millones solo por los primeros cinco años de una estrategia de deportaciones masivas, según el Center for American Progress. Expulsar a todos los indocumentados, como propone Trump, tomaría 20 años y les costaría a los contribuyentes entre $400.000 y $600.000 millones, de acuerdo a un estudio del American Action Forum. 

Pero hay más. De ser elegido presidente, Trump privaría al país de $11.600 millones en impuestos locales y estatales que los indocumentados contribuyen en estos momentos, según un estudio que el Institute of Taxation and Economic Policy acaba de hacer público. 

Dicho estudio, que cubre los 50 estados y el Distrito de Columbia, señala también que si se implementaran las acciones ejecutivas del Presidente Obama —las mismas que Trump ha prometido rescindir— las contribuciones locales y estatales de los indocumentados aumentarían en $805 millones. Una reforma integral de inmigración añadiría $2.100 millones a las arcas públicas.

El reporte, copatrocinado por el Fiscal Policy Institute de Nueva York, encontró que los indocumentados en toda la nación pagan un promedio estimado del 8 por ciento de sus ingresos en impuestos. “Para poner esto en perspectiva”, el reporte afirma, “el 1 por ciento más rico de los contribuyentes pagan solo 5.4 por ciento.”

 No es que a Trump le importe, pero la verdad es que, como ha dicho Meg Wiehe, del  ITEP, “los inmigrantes indocumentados contribuyen grandemente a la economía nacional, no solamente con trabajo sino también con dólares en impuestos”. Tanto es así que, aunque parezca increíble, el año pasado ingresaron una cantidad mayor al tesoro nacional que General Electric.

“Esta es la realidad de lo que está sucediendo …el total de los impuestos federales pagados por General Electric, una de nuestras mayores corporaciones, Boeing — enorme — y Verizon desde el 2008, las tres corporaciones, suman menos de cero”, afirmó en Iowa el precandidato presidencial demócrata, Bernie Sanders.

Irónicamente, mientras muchos de estos monstruos corporativos no contribuyen un solo centavo de impuestos, el año pasado los eternamente vilipendiados inmigrantes indocumentados pagaron casi $12.000 millones en impuestos locales y estatales.

Quién sabe qué sorpresas saldrían a la luz si Trump accediera a la petición de Mitt Romney de abrir la caja de Pandora, es decir, hacer públicas sus declaraciones de impuestos.

Es hora de exigirle a Trump que diga la verdad.

Claro que eso sería como pedirle peras al olmo.