De por sí la inmigración se ha convertido en un tema que fragmenta a la sociedad estadounidense y la sumerge en una histeria colectiva con mortales exabruptos.

La prensa, los medios en general han facilitado el telón de fondo.  Arengan a las muchedumbres, tal como lo hicieron muy eficientemente en el 2002 cuando sonaron los tambores y justificaron la guerra –'casus belli'- apuntando en las famosas "armas de destrucción masiva" que resulta nunca existieron.

Los políticos de ambos lados alegremente se abrazan a este sonar de tambores en contra de la inmigración invocando falsos argumentos, pero que pegan muy bien con las audiencias tales como: "la invasión de inmigrantes", y la invectiva de "extranjeros ilegales y criminales".

Ante semejante telón de fondo aparece la infame ley S.B. de Arizona que entrará en vigencia este 29 de julio.  Su dureza no está apuntada en absoluto en contra de los traficantes de seres humanos ó "coyotes" si no en contra de sus víctimas e incluso en contra de 'buenos samaritanos' que procuran auxiliar a las víctimas como así lo reconoce en su demanda el Departamento de Justicia al objetar la ley de Arizona.

El presidente Barack Obama es retratado como lo peor por sus adversarios por siquiera abordar el tema de inmigración, cuando la realidad es que su administración sigue haciendo "méritos" al implementar la mayor purga de inmigrantes de la historia de los Estados Unidos.

La generación nacida entre 1946 y 1964 conocida como "baby boomers" descendiente de inmigrantes europeos es incapaz de entender ó simpatizar siquiera con los sufrimientos de los inmigrantes según concluyó el Instituto Brookings –la mayor ola de inmigración en proporción a la población estadounidense en toda la historia–  Esa es la generación que controla y opera los medios de comunicación.

Los medios de comunicación encarnados por redes gigantes como CNN, prensa pública como NPR, aún revistas científicas como la National Geographic todos han contribuido a crear un ambiente totalmente adverso a la inmigración.

CNN auspició por más de 4 años las diarias diatribas de Lou Dobbs bajo el pretexto de hacer "periodismo activista";  NPR aceptó fondos del controversial programa federal E-Verify cuyo objetivo es detectar y eliminar a supuestos "inmigrantes ilegales" de la fuerza laboral, y National Geographic entretiene a su audiencia con una truculenta serie televisiva sobre inmigración denominada "Guerras de frontera", retratando caricaturescamente a la Patrulla de Fronteras como buenos "cowboys" y a los "otros" como las malvados "indios", los inmigrantes de hoy.

El frenesí anti-inmigrante continúa, y nuestros propios esfuerzos por denunciar abusos profundamente anti-americanos e inconstitucionales son vistos con sospecha.  Es hora ya de recobrar la sobriedad antes de que manchemos aún más nuestra consciencia como nación.