Haciéndose 'el bueno' con los latinos
Newt Gingrich está aprendiendo español. Qué ternura.
Esta es
la misma persona que tres años hace calificó al español como "el leguaje de los
que viven en los ghettos". Rápido
se disculpó y la semana pasada fue el anfitrión de su propio foro sobre asuntos
latinos. En calidad del único
medio-valiente entre los aspirantes presidenciales Republicanos, Gingrich hasta
dice cosas que ningún otro Republicano importante se atreve a decir.
"No
deportaremos a 11 millones de personas" dijo en el foro. "Debe existir alguna zona entre la
deportación y la amnistía".
De
hecho existe. Se denomina reforma
migratoria integral. O cuando
menos la muy americana por excelencia Dream Act, que los congresistas
Republicanos están bloqueando esta semana. Pero ya sabíamos que ello sucedería.
Gingrich
representa algo nuevo en la cúpula del partido, especialmente comparándolo con
otros como Mitt Romey y Mike Huckabee.
Igualito que San Pedro antes de que cantara el gallo, convenientemente
se olvidaron que inicialmente habían apoyado la legalización de la mayoría de
inmigrantes.
Jeb
Bush también ahora emerge nuevamente de su cascarón. El anglo favorito de
muchos latinos, Bush tiene una esposa mexicana, es 'simpático' y de
verdad 'habla español' bien. Él
acusa a los dos partidos de jugar a la política en materia de inmigración, pero
se queda corto a la hora de impulsar la reforma como lo hizo su hermano
George. La estrategia latina de
Jeb ha sido la de cultivar a su delfín, el senador electo de Florida Marco Rubio.
Súmele
los nuevos electos Republicanos latinos al lanzamiento de Fox News Latinos y a
la página web www.libertad.org lanzada por 'The Heritage
Foundation' y de pronto 'hacerse los buenos' con los latinos súbitamente se
convirtió en una incipiente pequeña industria Republicana.
Esperemos
que crezca lo suficiente como para acabar de contado con la retórica de odio y
el demonizar de los latinos por parte de demasiados Republicanos a lo largo de
muchos años. ¿Qué importa si este
cambio se hace por puro interés político?
Los latinos representan ya un 16 por ciento de la población y siguen
aumentando más rápidamente que el resto.
Así que
para ayudar al 'Gran Old Party', déjenme explicar por qué incluso sus iluminados
líderes fracasarán si no captan que lo que suceda a los inmigrantes no
autorizados es tan crucial para los latinos. Tiene que ver con la cultura y el valor de la familia.
El
grupo Republicano por el "sáquenlos a patadas de aquí" dirán que su preocupación
es legal y económica –exageradas pero reales preocupaciones- pero muchos
estudios muestran que el temor cultural es una fortísima e imponente motivación. Ese temor es el natural de ser
superados por los hispano-hablantes y una cultura foránea, sea que los
inmigrantes sean legales o no.
Los
hispanos se están asimilando tal como lo hicieron los grupos de inmigrantes que
los precedieron y una gran parte del país ha llegado a considerar a la
diversidad como un fundamental valor americano. Gingrich lo sabe.
Pero los que abogan por la deportación han acobardado al Partido
Republicano con un mensaje de rechazo y odio que la mayoría de latinos lo
resiente personalmente.
En una
encuesta del Pew publicada justo antes de las elecciones de medio término, el
61 por ciento de latinos dijeron que la discriminación contra hispanos es un
"problema mayor", cifra que creció respecto al 54 por ciento solo tres años
atrás. Casi 80 por ciento se
oponen a la ley Arizona que exige documentos a los transeúntes.
El temor
a la deportación en sí mismo es tan palpable en la comunidad que un 52 por
ciento manifestó al Pew que se preocupa "mucho" ó "algo" de que ellos, sus familias ó amistades
cercanas pudieran ser deportadas.
Entre los inmigrantes, esa proporción se disparó a un 68 por
ciento. Incluso un tercio de los
latinos nacidos aquí compartían el mismo temor mórbido.
Ahora
sin embargo los inmigrantes no autorizados ya no son solo los 'hombres
solteros' de antaño. Dos tercios
de los adultos no autorizados son casados ó viven con su pareja, y casi la
mitad viven con niños. Esto hay
que comparar con el 21 por ciento de adultos estadounidenses que viven con
niños.
Si
usted expulsa a un adulto no autorizado, las probabilidades son altas de que
esté rompiendo una familia. Los
hijos de 37 por ciento de los adultos es más son ciudadanos.
Esto y
un sentido cristiano del perdón están entre las razones del por qué la
culturalmente poderosa Iglesia Católica e incluso la organización nacional de
líderes de iglesias evangélicas, que son en su mayoría Republicanos, apoyan la
legalización.
Seguro,
también existen los "échenlos fuera" Republicanos. Rubio, por ejemplo, recientemente se cambió la camiseta y se
sumo a ellos, pero él es Cubano-americano. Los Cubanos no tienen que preocuparse de ser
deportados; a ellos se les concede
automáticamente el estatus de refugiados políticos si logran meterse al país
ilegalmente.
En la
encuesta del Pew solo 13 por ciento de los latinos concordaban con deportar a
los no autorizados. Ese no
representa un buen cimiento sobre el cual pueda crecer el Partido Republicano.
© 2010,
The Washington Post Writers Group – Traducción AL DIA NEWS
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