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Hablando de bondad

¿Es este un salón de clases?  Los visitantes a la escuela primaria federal Beecher en New Haven, Connecticut, no dan crédito a lo que ven: una maestra que…

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¿Es este un salón de clases?  Los visitantes a la escuela primaria federal Beecher en New Haven, Connecticut, no dan crédito a lo que ven: una maestra que enseña a los alumnos una nueva materia llamada Bondad.

La bondad es una virtud ancestral, sin embargo, integrar la enseñanza de la bondad al plan oficial de estudios es totalmente nuevo.  Los chicos de hoy están familiarizados con la violencia, la crueldad, el cinismo, el odio: temas predominantes en películas, revistas, video clips, y aún en caricaturas infantiles.  El bien generalmente no aparece en escena en los medios de comunicación. 

Pero ¿cómo se enseña la bondad?  Para muchos maestros practicar la bondad en las relaciones con los alumnos es el primer reto.  Después debe aprender a jugar.  Los niños se sientan en un círculo en el suelo con el maestro y aprenden jugando el arte de la cortesía y los buenos modales.  Mientras la pelota rueda de un lado a otro, el alumno que la recibe es regalado con observaciones positivas de sus compañeros: "Escribes muy bien", "Me gustan tus dibujos", "Tienes una sonrisa muy bonita", "Me caes bien".  Los chicos aprenden a ver con ojos suaves a sus compañeros y a descubrir la belleza aparente y oculta en cada uno de ellos.  Con gotitas de ternura y afecto se riegan unos a otros.  De esa nueva relación basada en manifestaciones sinceras de bondad se robustece la autoestima de los chicos.  Dejan de estar a la defensiva y los ambientes de violencia, envidia, y prejuicios se transforman en espacios alegres de crecimiento personal.  Es el arma por excelencia contra el bullying.

En New Haven todos los estudiantes desde párvulos hasta preparatoria participan en el programa llamado 'Desarrollo Social" a través de juegos y ejercicios encaminados a integrar el aprendizaje emocional a situaciones concretas.  Las autoridades escolares han dictaminado que la resolución de problemas, el control de temperamento, y el estrés del diario vivir son tan esenciales para un estudiante como aprender literatura y matemáticas.  Sostienen que en la educación del nuevo milenio el manejo de las emociones debe desarrollarse a la par que el aprendizaje de ciencia e historia: cada estudiante en cada escuela, en cada año escolar debe capacitarse para manejar positivamente sus sentimientos (coraje, agresividad, nerviosismo, frustración, alegría, etc.).  Entrenamiento hasta hoy ignorado en muchos planes de estudio a nivel mundial.

En 1995 el psicólogo y escritor Daniel Goleman publicó un libro que se convirtió en un gran éxito de librería: 'Inteligencia Emocional', el cual ha influido poderosamente tanto o más que la inteligencia intelectual para alcanzar el éxito en la vida familiar, relaciones profesionales, y en el aprovechamiento de oportunidades que se presentan en la vida.

Para la gran mayoría de maestros este nuevo enfoque en educación ha sido bienvenido.  En la actualidad las fuerzas que distraen la atención de los estudiantes son tremendas.  Goleman declara: "Para un chico que desea evitar la depresión causada por el estrés y la violencia en el medio estudiantil, las materias académicas tradicionales poco le ayudan para continuar sus estudios".

Un elevado número de niños y jóvenes llegan a clase enojados por alguna situación familiar, lo cual afecta su capacidad de concentración y disposición de aprendizaje.  Con el nuevo enfoque del elemento emocional los chicos con problemas de conducta ahora son enviados a la dirección del platel, no para ser amonestados o castigados, sino para responder por escrito un cuestionario encaminado a identificar los problemas que generaron el conflicto con el fin de encontrar soluciones.

Más de mil distritos escolares en Estados Unidos han instituido programas dirigidos a alimentar no sólo las mentes, sino las almas de los estudiantes.  Y aunque los mejores maestros siempre han sabido promover la justicia, la equidad y el respeto, hoy en día todos los maestros pueden estar al tanto del descubrimiento en el campo del comportamiento humano denominado 'Inteligencia Emocional'. 

Los maestros aprenden a desencadenar en los estudiantes la energía más poderosa del mundo: la extraordinaria  fuerza de la bondad en las relaciones humanas.