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Grandes generadores de riqueza

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Llevo ya varios años escribiendo esta columna sobre asuntos de negocio para El Nuevo Herald en Miami.  Me place poder compartir también con ustedes, los hispanos de Philadelphia, a partir de esta semana – tratando de ofrecerles ideas practicas, recursos y, de vez en cuando, un poco de motivación que les pueda servir en el camino hacia el éxito.  

Les advierto que a través de estos años he utilizado una palabra en particular que invente por la simple razón que no considero que existe la palabra adecuada en español como existe en inglés para describir una persona que asume el riesgo de convertir una idea en una empresa que estimula la economía por la generación de riqueza y oportunidades de empleo.  Verán esta palabra en el futuro. 

En inglés, decimos "entrepreneur", una palabra francesa oriunda del latín "entreprendre", que significa "llevar a cabo" y, aunque "llevar a cabo" es una referencia bastante general, en inglés se utiliza esta palabra, "entrepreneur", exclusivamente cuando nos referimos a un organizador de una empresa económica.  Es más, Merriam-Webster, el Santo Grial de los diccionarios en inglés, define un "entrepreneur" como alguien que organiza, posee, administra y asume los riesgos de un negocio.  Tengo un problemita con eso. 

El problema es que la definición de Merriam-Webster es demasiado simple y no llega a la plenitud de lo que realmente significa la palabra en el contexto que se utiliza.  Como resultado, esta definición no distingue adecuadamente entre un verdadero "entrepreneur" y un auto-promotor.  Ambos pueden organizar, administrar y asumir el riesgo de un negocio, pero los "entrepreneurs" logran algo mas allá.  Algo que es absolutamente necesario para poder sostener el éxito en una organización por un largo plazo.  

"Entrepreneurs" logran ser prescindibles y por lo tanto permiten que sus organizaciones continúen – creando valor, creando oportunidades – más allá de la capacidad del mismo para organizar, administrar y asumir el riesgo del negocio.  Como mencione, "entrepreneurs" transforman una innovación en una "empresa" y la empresa asume valor porque se convierte en el mecanismo que crea valor.  La empresa es una entidad que no precisa de uno, el "entrepreneur", para existir.

Esta independencia saludable entre una empresa y su fundador no existe cuando nos referimos a un auto-promotor sin importar la definición de Merriam-Webster.  Con un auto-promotor, a la vez que ya no esté presente, se acabo lo que se daba.  La organización no puede continuar creando valor o nuevas oportunidades porque nunca fue el instrumento de creación de valor.  Para un auto-promotor, ese rol le pertenece a él.  En español, no existe una palabra que refleje adecuadamente la esencia de lo que realmente significa ser un "entrepreneur".   

Fiel a su estilo, como descendiente directa del dialecto latín, la palabra "emprender" procede de la palabra "entreprendre" y aunque la palabra "emprendedor" tiene algunas características que les corresponden a un "entrepreneur", la referencia sigue siendo muy general y por lo tanto no se aplica exclusivamente al mundo de los negocios. 

Hasta ahora lo mejor que hemos logrado es utilizar la palabra "empresario" como la traducción más cercana a un "entrepreneur".  No quiero caer pesado pero tengo un problema con eso.  La palabra "empresario" tampoco llega a la plenitud de lo que significa ser un "entrepreneur".  De hecho, según La Real Academia Española, un empresario es una persona que por concesión o por contrata ejecuta una obra o explota un servicio público.  Pero, ¿qué pasa con el riesgo que toman los "entrepreneurs"?  ¿Qué pasa con la transformación de una idea en una empresa nueva?  

Mi dilema es que la palabra "emprendedor" es demasiada general y "empresario" no capta la esencia de un verdadero "entrepreneur".  Por eso pensé que la solución radicaba en la combinación de ambas palabras.  Por lo tanto, sin querer ofender a La Real Academia Española, he estado utilizando mi propia traducción al español de la palabra "entrepreneur".  Una palabra que derive de "emprendedor" y "empresario".  Mi palabra es "emprendesario".  

Comprendo que suena gracioso, pero no obstante, serán los emprendesarios – esos grandes  generadores de riqueza y oportunidades de empleo – que realizaran la recuperación económica de nuestra nación. 

Manny García-Tuñón es presidente de Lemartec, una firma de diseño y construcción radicada en Miami, Florida. manny@unosminutosconmanny.com www.unosminutosconmanny.com.